Lo anterior, debido a que el empleo viene de capa caída desde la crisis financiera del 2008.
El Plan de Obama, que fue anunciado inicialmente el jueves pasado ante una sesión conjunta de la Cámara de Representantes y el Senado, se enfoca en recortes de impuestos, inversión en infraestructura y ayudas para la pequeña y mediana empresa.
“Este es un Plan que dará trabajo a la gente en todo el país. Lo único que impide que esto sea aprobado es la politiquería. Esto no es un juego. La gente no tiene trabajos”, dijo Obama durante un breve discurso en la Jardín de Rosas de la Casa Blanca que uso para informar al público su intención de someter el proyecto esta misma noche.
El Plan, bautizado “Acto para el Empleo Americano”, sería financiado con aumentos de impuestos y otros recortes al gasto que deben pactar ambos partidos en los próximos meses.
Aún así, su suerte es bastante incierta. Si bien los líderes del partido republicano destacaron algunas de las iniciativas presentadas por Obama –especialmente las que tienen que ver con recortes de impuestos- dejaron claro que no piensan aprobar programas que aumenten el déficit.
“Sus ideas merecen consideración. Pero haremos algunas modificaciones para volverlas más efectivas”, dijo el presidente de la Cámara John Boehner en una carta que el envío al presidente este fin de semana.
Mucho más directo fue Eric Cantor, líder de los republicanos en la Cámara Baja: “No más planes de estímulo. No podemos darnos el lujo de seguir gastando lo que no tenemos”.
Lo cual hace presagiar una nueva batalla, muy similar a la que se vivió durante el debate sobre el techo de la deuda estadounidense hace pocos más de un mes y con un ingrediente adicional. A pocos meses del inicio de las elecciones primarias de cara a las presidenciales y legislativas de noviembre del año entrante, en Washington escasea el oxigeno bipartidista.
El presidente en su discurso de la semana pasada, también le pidió al Congreso despejar el camino para la aprobación de los TLC que están pendientes con Colombia, Corea del Sur y Panamá.
Los acuerdos, que llevan varios años en el congelador, están frenados desde este verano cuando Obama exigió que primero se apruebe la extensión de una medida (el TAA), que brinda asistencia a trabajadores desplazados por el comercio exterior. Este programa es rechazado por los republicanos y aún no es claro si lograrán ponerse de acuerdo.
El componente más importante del Plan de Obama es una ampliación al recorte de impuesto que se paga al seguro social. Ese impuesto, que suele ser del 6.2 por ciento, pasaría al 3.1 por ciento en el 2012 pero solo para los primeros 106 mil dólares en ingresos de un empleado.
En el caso de las empresas, están también verían reducidos sus aportes al seguro social (a la mitad), para los primeros 5 millones de dólares que paguen por nómina.
El costo del recorte de impuestos sería de unos 240 mil millones de dólares.
Otros 49 ml millones se gastarían en subsidios de desempleo, mientras que 60.000 mil millones se irían en reparación de infraestructura como puentes y carreteras.
Así mismo, el Plan prevé 25 mil millones para mejorar colegios y 35 mil millones en incentivos para evitar el despido de profesores y bomberos.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington