La OTAN aprobó un plan para reforzar sus defensas en el este de Europa con el objetivo de garantizar a los aliados, nerviosos por la intervención rusa en Ucrania, que la alianza encabezada por Estados Unidos los protegerá en caso de un ataque.
El plan, adoptado en una cumbre en Gales, incluye la creación de un cuerpo de acción rápida y almacenar suministros y material en países del este de Europa, para que puedan ser reforzados en cuestión de días en caso de una crisis.
La iniciativa tenía como objetivo dar garantías a las exrepúblicas soviéticas que se han unido a la OTAN en los últimos 15 años, especialmente Polonia y los estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania.
Los líderes cedieron a la presión de Estados Unidos y prometieron poner fin a una profunda caída en el gasto militar, exacerbada por la crisis financiera, que Washington dice ha dañado severamente la capacidad de defensa de sus aliados europeos.
Los miembros de la OTAN que tienen un bajo gasto en defensa se comprometieron a no introducir nuevos recortes y avanzar hacia la meta de la alianza de un presupuesto del 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en el transcurso de una década. Además, la alianza acordó por primera vez añadir la ciberdefensa a su misión principal, lo que implica que un importante ciberataque contra alguno de los estados miembro, como el del 2007 contra la infraestructura digital Estonia, podría desencadenar una respuesta militar.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que, a la vista de las recientes acciones y retórica de Rusia, el plan tenía como objetivo dejar totalmente claro que el compromiso de defensa mutua de la OTAN realmente va en serio.
“Una mayor presencia es el elemento disuasorio más efectivo a cualquier agresión adicional rusa que podamos ver”, dijo Obama en Gales.
El plan central de la OTAN es la creación de una fuerza de reacción rápida, que se prevé que consista en 5.000 soldados terrestres con apoyo de fuerzas aéreas, marítimas y especiales.
Las primeras unidades de esta fuerza estarán listas para su despliegue en dos días, frente a los cinco que necesitan las actuales fuerzas de respuesta de la OTAN
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