El consejero delegado del banco español Santander, Alfredo Sáenz, renunció a su cargo antes de que el Banco de España se pronuncie sobre si el ejecutivo podía seguir ejerciendo pese a contar con antecedentes penales.
La entidad comunicó en una nota de prensa que ha decidido nombrar como nuevo CEO de la entidad a Javier Marín Romano, hasta ahora director general y responsable de la división de seguros, gestión de activos y banca privada.
Santander, que agradeció a Sáenz su dedicación y elogió sus méritos al frente del mayor banco de la zona euro, también acordó nombrar a Matías Rodríguez Inciarte como vicepresidente segundo y a Juan Miguel Villar Mir consejero independiente.
Sáenz fue indultado por el anterior gobierno socialista de una condena por un delito parcial de acusación falsa contra unos deudores de Banesto -entidad de la que era máximo ejecutivo-. No obstante, un fallo del Tribunal Supremo sentenció que el perdón no borraba el delito, por lo que trasladaba al Banco de España la competencia para decidir si Sáenz podía seguir ejerciendo de banquero.
Sin embargo, el Gobierno del PP modificó hace unas semanas la normativa para incluir la posibilidad de que los antecedentes penales no impidiesen el ejercicio de la actividad bancaria.
El Banco de España anunció entonces que cerraba el procedimiento anterior y abría uno nuevo retrasando la decisión. "Es una decisión positiva para la estabilidad del sistema y del Santander", dijo una fuente del Banco de España, tras destacar su "más alta consideración por las cualidades personales y profesionales" del ya exprimer ejecutivo del banco.
"La renuncia voluntaria de Sáenz cierra este capítulo de manera no traumática", explicó una fuente que seguía el proceso y que reconoce que se han producido diversos encuentros entre el banco central y la entidad.
La decisión del Santander, adoptada en un consejo de administración celebrado el mismo lunes, supone un cambio radical en la estrategia directiva del banco, que ha decidido nombrar consejero delegado a Marín, un "joven" de 46 años.
Marín, hasta ahora director general y responsable de la división de seguros, gestión de activos y banca privada es considerado un hombre de confianza de Emilio Botín, el presidente de 78 años de edad, al que asesoró al principio de su carrera bajo el cargo de "secretario técnico del presidente".
EFE