Poco después, los dos salieron rápidamente de la terminaldel aeropuerto parisino escoltados por policías y subieron a bordo de un vehículo gris en medio de una nube de periodistas, curiosos y un importante despliegue policial.
La pareja, sonriente, no hizo la más mínima declaración a la prensa que también los aguardaba en la distinguida Place des Vosges, en el corazón de París, donde el matrimonio Strauss-Kahn tiene su apartamento.
Strauss-Kahn, de 62 años, fue puesto en libertad el 23 de agosto pasado por la justicia neoyorquina que renunció a procesarlo penalmente tras desestimar los siete cargos que pesaban en su contra desde el 14 de mayo.
Ese día, DSK, como lo llaman en Francia, era detenido en el mismo aeropuerto JFK de Nueva York acusado de intento de violación por Nafissatou Diallo, una guineana de 32 años que trabajaba como mucama en el lujoso hotel donde él estaba alojado.
Strauss-Kahn, que el domingo cumplió su objetivo de volver a Francia, donde fue alcalde, diputado y ministro, era además hasta mayo el gran favorito para derrotar en las urnas en 2012 al actual presidente francés Nicolas Sarkozy.
"Hablaré más detenidamente cuando esté en Francia", había anticipado Strauss-Kahn desde Nueva York.
Sus allegados indicaron que "hoy no habrá" ninguna declaración pública de su parte.
El final de la causa penal en Estados Unidos no cierra sin embargo el caso, pues Diallo presentó una denuncia civil para exigir una compensación económica.
En Francia también le espera una denuncia por intento de violación en 2003 presentada por la periodista y escritora Tristane Banon, de 32 años.
"Su regreso es indecente", sostuvo la madre de Banon, Anne Mansouret, en declaraciones al canal de televisión BFM, antes de comparar la situación judicial de Strauss-Kahn con la del cineasta Roman Polanski.
"Como Polanski, Strauss-Kahn huyó de la justicia estadounidense", dijo la mujer que semanas atrás confesó haber mantenido relaciones sexuales con el ex ministro francés. Strauss-Kahn, que podría ser interrogado en el caso Banon, demandó a la periodista por denuncia calumniosa.
AFP