Cuando apenas faltan seis días para el referéndum independentista, tres bancos británicos dijeron ayer que cambiarían de sede a Londres si Escocia se separa del Reino Unido.
Los bancos Lloyds y del Royal Bank of Scotland, ambos con sede en Edimburgo y parcialmente nacionalizados por el Gobierno de Reino Unido, y los propietarios australianos del banco Clydesdale anunciaron que moverían sus oficinas principales a la capital británica. El anuncio se dio luego de conocer un sondeo de opinión publicado el miércoles, que mostró que los defensores de la unión aventajan ligeramente.
El anuncio bancario fue un revés para los defensores de la independencia escocesa del control británico, que data del año 1707. La alarma inicial se produjo por otra encuesta del fin de semana que por primera vez le daba una ventaja para la opción del “Sí” a la independencia.
El banco Lloyds, donde el Gobierno británico tiene una participación de 25 por ciento y es el controlador de Bank of Scotland, dijo que sus planes de contingencia incluían crear “entidades legales en Inglaterra”, mientras que RBS dijo que “sería necesario modificar el domicilio de la sociedad holding del banco”. Por su parte, TSB Banking Group, propiedad en parte de Lloyds, dijo que era probable que reubicara algunas de sus operaciones en Inglaterra.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, cuestionó el futuro de la divisa de una Escocia independiente, diciendo que necesitaría grandes reservas en libras esterlinas si adoptaba la divisa británica sin un acuerdo con el resto de Reino Unido.
ALERTA DEL FMI
Una victoria del "Sí" en el referéndum de independencia en Escocia sería una fuente de “incertidumbre” económica y podría provocar reacciones “negativas” en los mercados, estimó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Uno de los principales efectos en lo inmediato podría ser la incertidumbre en la transición hacia una situación monetaria, financiera y presupuestaria potencialmente diferente en Escocia”, declaró el portavoz del FMI, Bill Murray.
Reuters y AFP