Los tratados de libre comercio (TLC) de Estados Unidos con Colombia, Corea del Sur y Panamá vuelven al ruedo con un nuevo factor a favor, pero un posible nuevo enredo.
El Congreso estadounidense termina su receso de un mes y mañana retoma sus debates. Se espera que el presidente Barack Obama vincule los acuerdos con la estrategia para generar más empleo, pero ahora varios congresistas demócratas, como la líder de esa bancada en la Cámara, Nancy Pelosi, piden ligarlos a un proyecto para castigar a China por manipular su moneda.
Así lo advirtió un editorial del Washington Post la semana pasada. Se afirma, además, que en el Senado avanza una propuesta semejante.
De prosperar la idea, sería una sentencia de muerte para los TLC, pues el tema de China y su moneda es uno altamente explosivo, que podría fracturar al Congreso.
Entre tanto, todos los ojos están puestos en el discurso sobre generación de empleo que dará el presidente Barack Obama este jueves.
Se espera que mencione la urgencia de los TLC, pues el mandatario ha insistido en que estos “ayudarían a los desempleados en busca de nuevas oportunidades, y además permitirían a nuestras empresas vender productos en países de Asia y Suramérica”.
De hecho, en Washington, un solo tema domina la agenda: la generación de empleo. Los dos partidos plantean sus estrategias, que coinciden en un solo punto: en que los tratados pendientes podrían crear cientos de miles de empleos.
Tom Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, declaró que cree “que todo el mundo está listo para moverlos”, palabras que muestran el sentir de todo el sector empresarial.
El tramo final del año legislativo va hasta el 8 de diciembre, o unos días más si hay sesiones extraordinarias, y en Washington hay certeza de que si el tratado no es sometido a votación en este lapso, volverá al congelador por tiempo indefinido.
En gran parte porque el 2012 es año de elecciones presidenciales y legislativas y es improbable que el tema sea siquiera tocado en la mitad de las campañas políticas.
Los TLC estaban en camino de ser aprobados este verano, pero se enredaron por el TAA (programa de ayudas para trabajadores víctimas del libre comercio) y la polémica por el permiso para el Gobierno de endeudarse más.
Antes de salir al receso, los líderes de los dos partidos llegaron a un acuerdo sobre el TAA y anunciaron que los TLC serían considerados tan pronto volvieran los congresistas del receso.
Nubarrones que siguen
El diario ‘The Hill’ comentó que el principal problema es la “gran desconfianza” entre los republicanos y la Casa Blanca. Los primeros han pedido a Obama que envíe los TLC y que ellos pondrán los votos para aprobar el TAA en un proyecto aparte.
La Casa Blanca teme que le ‘pongan conejo’.
Obama pide que aprueben el TAA y luego él enviaría los TLC. Pero los republicanos temen que el Presidente se arrepienta.
Sergio Gómez Maseri
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington.