Si el mayor exportador de crudo del mundo dice que va a aumentar la producción, los precios habitualmente caen. Pero conforme Arabia Saudita suma barriles antes de que sus clientes se vean perjudicados, los precios han dado un salto, y a Donald Trump eso no le hace feliz.
El presidente de los Estados Unidos tuiteó el sábado que el rey saudita había acordado aumentar la producción para reducir el costo del petróleo para los consumidores. Si bien la Casa Blanca luego se echó atrás con respecto a esa afirmación, el domingo Trump redobló la presión pidiendo que la Opep cesara en lo que denominó una manipulación del mercado petrolero e insistiendo en que el grupo produzca más.
El mes pasado, Arabia Saudita condujo a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluida Rusia, a firmar un acuerdo destinado a enfriar los precios. Aunque respetaron un acuerdo de 2016 que limitaba la producción, decidieron extraer más para compensar la pérdida del suministro proveniente de Venezuela y Libia, países que forman parte de la Opep.
Desde entonces, el crudo Brent subió 3,7 por ciento debido a esos barriles perdidos y al reclamo de Trump de que los aliados dejaran de comprarle a Irán. "Arabia Saudita está bajo una enorme presión", dijo Jaafar Altaie, director gerente de la consultora Manaar Group de Abu Dabi. "Los sauditas preferirían un aumento gradual de la producción de petróleo que no cause una conmoción en el mercado. Prefieren mantener el precio del barril entre 70 y 80 dólares. Pero, por motivos políticos, tienen que reaccionar ante las demandas de Trump".
Antes de la reunión de la Opep del 22 de junio, Trump tuiteó que tenía la esperanza de que el grupo sumara barriles, continuando con el mensaje que había enviado en abril durante una reunión anterior de los productores. China, el mayor consumidor mundial de petróleo, e India, el país donde la sed de energía crece mas rápido, sumaron sus propias quejas después del aumento de precios.
Irán, el tercer mayor productor de la Opep, criticó duramente las intervenciones de Trump y las respuestas complacientes de Arabia Saudita. La Opep debería rechazar el pedido estadounidense de que se aumente la producción, que responde a una "motivación política contra Irán", escribió el ministro de Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, en una carta al presidente de la Opep. El aumento de la producción de un país por encima de los límites fijados por la Opep en 2016 constituiría una violación del acuerdo, señaló.
"El acuerdo se acabó", dijo Robin Mills, máximo responsable de la consultora Qamar Energy de Dubai. "Es un verdadero golpe para la Opep, en parte debido a la impresión de que los sauditas están siguiendo las órdenes de los Estados Unidos, pero sobre todo porque Arabia Saudita y Rusia han cerrado un acuerdo para aumentar la producción de todos modos, incluso antes de la reunión".
Las declaraciones de Trump tambien podrían complicar el plan de vender acciones de Saudi Arabian Oil Co., dijo Altaie de Manaar. La oferta publica inicial es la pieza central de la estrategia del reino para diversificar su economía y alejarse del petróleo, y el Gobierno dice que podría generar 100.000 millones de dólares.
La intervención del presidente estadounidense "se suma a los problemas que ya existen en una salida a bolsa tan grande y compleja", señaló Altaie. "Refuerza la impresión de que hay una falta de independencia de la compañía y hace parecer que es Trump quien fija la política petrolera saudita".