Al margen del problema de la calidad de la enseñanza, las escuelas públicas de primaria y secundaria de los Estados Unidos, sufren un problema de fondo con la creciente escasez de profesores, que se calcula en la actualidad en 110.000 docentes. La cifra hace parte de una reciente investigación adelantada por especialistas en el campo educativo, del Instituto de Política Económica de Washington (EPI), quienes sostienen que las circunstancias actuales han creado una “tormenta perfecta” en el mercado laboral de maestros.
El problema es grande, en crecimiento y peor de lo que se pensaba, afirman sus autoras, Emma García, especializada en Economía de la Educación de la Universidad de Columbia; y Elaine Weiss, abogada de Harvard y experta en Políticas Públicas de la Universidad George Washington, en Estados Unidos.
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UNA PROFESIÓN POCO ATRACTIVA
La enseñanza se ha constituido en una profesión u oficio poco atractivo, sostienen, como consecuencia de múltiples factores, entre ellos los bajos salarios - en comparación con otras profesiones y nivel académico similar-; deficiente apoyo profesional y reconocimiento; y un entorno desafiante y en ocasiones hasta inseguro. Un egresado de una carrera de docencia, esta lejos de conseguir los beneficios salariales, desarrollo profesional, seguridad social y pensiones, si se compara con otra profesión que requiera un título universitario de cuatro años.
Precisamente, frente a este problema, estados como Illinois, han buscado el establecimiento de una ley que fije un salario mínimo para profesores de tiempo completo, no inferior a 40.000 dólares al año.
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Igualmente, se ha intentado reducir los requisitos para la transferencia de profesores de otros estados, según ha explicado- al margen del estudio-, el directivo de la Facultad de Educación de la Universidad de Illinois, Chris Roegge.
DÉFICIT CRECIENTE
El sistema de educación pública, básicamente financiado con recursos estatales y locales, tiene en la actualidad una planta de aproximadamente tres millones de profesores para atender una población estudiantil de alrededor de 53 millones de alumnos, de los niveles de primaria y secundaria.
Teniendo en cuenta las diferentes variables que afectan el mercado laboral en el sector, como el declive del número de jóvenes ingresando a las carreras universitaria de educación, las tasas de abandono entre los ya profesionales y el ritmo de jubilación, el faltante de maestros calificados, que se estimó para el 2012 en 20 mil docentes, ha ascendido en el 2018 a 110 mil.
En dicho periodo, prácticamente el único Estado que produjo un excedente de docentes fue Massachusetts, estimados en alrededor de mil.
A nivel nacional, la tasa de enrolamiento de estudiantes para profesores cayó, en el periodo de estudio, en un 35 por ciento; como reflejo del déficit, de un total de 300 mil necesarios, apenas se engancharon 240 mil, en el 2014.
REGIONES MÁS AFECTADAS
Adicionalmente, las necesidades a niveles de estados y centros urbanos difieren sustancialmente. Se menciona que solamente el estado de California se ha visto a gatas para llenar 45 mil plazas de maestros, debiendo improvisar con novatos y profesores que no cumplen con todas las credenciales exigidas.
Una situación similar la padecen estados como Arizona, Nevada, Oklahoma y Washington, donde una buena parte de los maestros nombrados no tienen suficiente preparación.
Y peor aún, en casi toda la nación, encontrar nuevos profesores de matemáticas, ciencias y bilingües, es un verdadero drama.
Se señala, en ese sentido, que, para colmo de males, las escuelas de las zonas más pobres son las más perjudicadas, pues, de un lado no tienen la capacidad para pagar mejores salarios y retener profesores, por lo cual la rotación es alta y afecta el ritmo de enseñanza de los alumnos. Por otro, el compromiso de los padres de familia es mas bajo y la deserción escolar mucho mas alta, que el promedio.
MENOS PRESUPUESTO
Para completar el escenario, la Administración del presidente Donald Trump, ha anunciado un recorte del presupuesto federal de educación, para el año próximo, delm orden de US$8.500 millones, en donde se afecta principalmente el paquete de recursos orientado a programas de desarrollo profesional de los maestros y la disponibilidad para nombrar más profesores en escuelas con mayor densidad de alumnos, de acuerdo a un reciente análisis de la Universidad de Drexel, en Pensilvania.
Germán Duque Ayala
Especial para Portafolio, Miami