La inversión industrial en Uruguay caerá un 25 por ciento el año entrante en relación con el 2013, debido a una menor demanda interna y externa, según un sondeo difundido ayer por la Cámara de Industrias de ese país.
Las inversiones del sector industrial rondaron los 800 millones de dólares en el 2012, sin considerar la expansión de la única refinería de esa nación y desembolsos para la planta de celulosa operada por la finlandesa Kymmene Corporation.
Aún no hay cifras disponibles del 2013, para el cual los empresarios esperaban incrementar un 10 por ciento sus inversiones con respecto al año previo, pero el asesor económico del gremio, Sebastián Pérez, indicó que “se han deteriorado las condiciones de competitividad para los sectores transables y hay un stock de capital muy importante, porque se ha invertido mucho en los últimos años”.
La lenta recuperación de la crisis financiera global ha condicionado a Uruguay por una menor demanda de los países desarrollados, a lo que se suman las medidas proteccionistas de dos de sus principales clientes: Brasil y Argentina. A la vez, el tipo de cambio real –una medida que compara la competitividad del país con la de sus principales socios– cayó 12,8 por ciento en los dos últimos años, según el Banco Central.
La encuesta a los empresarios indica que el 60 por ciento consideró como principales obstáculos para invertir la debilidad del mercado interno y las tensiones gremiales por negociaciones salariales.
Un 50 por ciento apuntó a la restricción de la demanda externa por desventajas en la fijación de precios, y 47 por ciento se refirió a la incertidumbre política, considerando que el 2014 habrá elecciones para presidente.
El sondeo incluyó a 86 empresas que representan el 39 por ciento de las ventas totales de la industria uruguaya.
Montevideo/Reuters