Para mi amiga Elena, fue la indignidad máxima. Me mostró la prednisona que toma para las alergias graves: la foto en la caja era de un cachorro juguetón.
Al igual que todos los demás en la ciudad, visita al menos media docena de farmacias cuando busca medicamentos, ya sea fármacos que se venden con receta médica o productos básicos que no requieren receta.
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Como todos los demás, por lo general termina con las manos vacías. Los que tienen los recursos solicitan productos de España que no pueden encontrar aquí y aquellos con conexiones les piden a los estadounidenses que visitan el país que traigan lujos como NyQuil y Excedrin.
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Y otros van al veterinario. Ahora es común recurrir a veterinarios y tiendas de mascotas, porque las farmacias raramente tienen los productos y los vendedores ambulantes del mercado negro cobran tarifas exorbitantes por artículos de procedencia cuestionable.
Entonces, las personas usan antibióticos elaborados para perros y analgésicos para gatos. "Estoy indignada, porque tengo que tomar medicinas para animales", me dijo Elena. Se echó a llorar. Su hija de 18 años, que tiene hepatitis, también recurre a ellos. "Es terrible que tengamos que hacer esto".
Los fármacos para mascotas pueden ser bastante similares a los que se fabrican para humanos, si -como dice el veterinario local Fernando Navia, "existen buenos estándares y una buena fabricación".
En Venezuela, esas son grandes incógnitas. Incluso en el mejor de los casos, puede haber grandes diferencias en las dosis e ingredientes inactivos. Pero el factor crucial es que los medicamentos para animales no se importan a través de canales regulados por el Gobierno y, por lo tanto, en términos relativos, están ampliamente disponibles.
Los médicos están horrorizados y resignados. Stewart Sembergman, facultativo de un hospital público en Caracas, dijo que les explica a los pacientes que estos productos farmacéuticos para mascotas deberían ser su última opción, dándose cuenta de cuan endeble es el consejo. "Es peor no tomar ningún medicamento. En esta crisis, tenemos que usar cualquier recurso", agrega.
El Gobierno no ha reconocido públicamente la escasez de medicamentos ni de alimentos, dinero en efectivo, piezas de automóviles o materiales de construcción ni nada de lo demás.
Hace unas semanas, estuve en una conferencia de prensa en la que el presidente Nicolás Maduro negó que hubiera algún tipo de crisis humanitaria en el país. Pero mis redes sociales están inundadas de súplicas. "¿Alguien tiene acceso a medicinas para la presión sanguínea de mi padre, que acaba de sufrir un ataque al corazón?" "¿Puedes contribuir a esta campaña Go Fund Me para mi madre, que tiene cáncer y necesita quimioterapia?"
Hay protestas callejeras dispersas, como la que realizaron hace unos días personas con la enfermedad de Parkinson frente a la sede de las Naciones Unidas en Caracas. Estaban pidiendo ayuda para obtener los medicamentos que necesitaban, algunos con carteles que decían: "No quiero morir".
Entonces, lo que Elena está haciendo tiene sentido. Tengo dos perros adoptados, sanos y felices. Si me enfermo, no dudare en ir a su veterinario.