El Dow Jones de Industriales, el índice de referencia en Wall Street, acabó la jornada con un decidido ascenso del 0,79 por ciento al sumar 95,89 puntos y cerrar en las 12.226,34 unidades.
Con ese avance el Dow Jones conseguía elevar hasta el 2,81 por ciento su ascenso mensual y anotar así su mejor febrero desde 1998, algo que también conseguía el selectivo S&P 500, que tras haber subido un 0,56 por ciento este lunes se elevó un 3,2 por ciento este mes.
Algo parecido ocurrió con el índice que mide la evolución del mercado Nasdaq, que, a pesar de haber acabado la jornada con un tímido ascenso del 0,04 por ciento, ha acumulado un avance mensual del 3,04 por ciento, por lo que éste febrero se ha convertido en el tercero que logra cerrar en positivo en los últimos 11 años.
El parqué neoyorquino acabó con esos positivos números un mes que se había visto desestabilizado por la crisis libia, que la semana pasada hacía temblar los mercados de valores y materias primas de todo el mundo.
El principal afectado por las revueltas en el país magrebí era el petróleo, que se llegó a cotizar por más de 100 dólares por barril y se encareció un 13,54 por ciento la semana pasada.
Pero la disposición de Arabia Saudí a suplir con su petróleo los recortes de producción en Libia alivió los ánimos de los inversores, por lo que el crudo de Texas cerró hoy con un descenso del 0,92 por ciento hasta colocarse por debajo de los 97 dólares por barril.
En esa relajación influyó además el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, quien aseguró que la mayor parte de los campos de petróleo de Libia ya no están en manos del régimen de Muamar el Gadafi y que las actividades de producción de gas y petróleo en ese país podrían reanudarse en los próximos días.
Con los ánimos más calmados en el mercado de crudo, los inversionistas se podían centrar más en las noticias procedentes del ámbito macroeconómico estadounidense, como la relativa a los ingresos personales de los trabajadores estadounidenses, que en enero subieron un 1 por ciento, el mayor incremento mensual en un año, según informó el Departamento de Comercio.
Sin embargo, ese mes el gasto de los consumidores -que en EE. UU. equivale a casi el 70 por ciento del producto interior bruto (PIB)-, avanzó el 0,2 por ciento, la menor ganancia desde junio y la mitad de lo que esperaba la mayoría de los analistas.
A esa noticia se sumó la relativa al índice de ventas pendientes de casas usadas en Estados Unidos, que bajó un 2,8 por ciento el mes pasado, la segunda disminución mensual consecutiva y peor de lo pronosticado por los analistas.
Ese dato se vio contrarrestado por las palabras del presidente del banco neoyorquino de la Reserva Federal, William Dudley, quien descartó que el banco central de EE. UU. vaya a cambiar su política monetaria a pesar del encarecimiento de las materias primas.
En una conferencia en la Universidad de Nueva York, Dudley explicó que la situación de la economía estadounidense es ahora mejor que hace seis mes, ya que ofrece "más signos de vida" gracias al saneamiento de las entidades financieras y de los hogares, y que las perspectivas son "considerablemente brillantes".
También influyeron en el tono optimista de la jornada las múltiples noticias provenientes del ámbito empresarial estadounidense.
Entre ellas destacaba que la mayor firma de inversión del mundo, el grupo Blackstone -que acabó con un descenso del 0,23 por ciento-, acordase la compra por 9.400 millones de dólares de la cartera de centros comerciales en EE. UU. del grupo australiano Centro Properties, que acabó por su parte con una subida del 51,72 por ciento en los mercados secundarios.
Sorprendió además la compra por 7.400 millones de dólares de Nationwide Health Properties (9,7 por ciento) por parte de la compañía Ventas (-3,09 por ciento), que se convierte así en el mayor fondo de inversión dedicado a bienes inmuebles del sector sanitario en Estados Unidos.
Para afianzar el ánimo comprador de la sesión, el veterano empresario y multimillonario estadounidense Warren Buffet afirmaba que busca nuevas inversiones porque "las condiciones generales de la economía seguirán mejorando progresivamente".
EFE