Los abogados interesados en ingresar en el mercado de los servicios legales deben acreditar conocimiento y convicción de la labor jurídica que desarrollan en favor de quienes requieran de su asesoría profesional.
“Lo anterior se adquiere al cabo de varios años de práctica al interior de alguna firma importante, de la acumulación de experiencia, y lo más importante, de la confianza de clientes que conocen la experticia y el trabajo del abogado emprendedor”, señala Juan Martín Fierro, socio responsable de la operación de Gericó Associates en Colombia.
Para este jurisconsulto y consultor en temas de comunicación y marketing legal, la suma de estos factores es la que permite que muchos juristas se lancen a abrir su propia oficina, que comienza con uno o dos socios y que paulatinamente va posicionándose en el mercado.
Es importante indicar que los profesionales que entran en este tipo de negocios no nacen, como ocurre con emprendimientos en otros sectores económicos, sino que se hacen con el tiempo y la práctica. “No solo deben demostrar altos estándares éticos y académicos, sino acumular experiencia, reputación y conocimiento en las industrias donde esperan captar y fidelizar a sus clientes”, precisa Fierro.
Cabe indicar que un emprendimiento en el sector legal debe ir acompañado de una estrategia clara en cuanto al modelo de negocio que se vaya a desarrollar, la gestión del despacho, su cuadro de mando, la cadena de proveedores, el plan de marketing y comunicación, las acciones comerciales enfocadas a la captación de clientes y el plan de carrera.
Sin lugar a dudas, los expertos consultados no titubearon en hacer énfasis en que para entrar a ofrecer los servicios profesionales en temas jurídicos, los licenciados deben contar con conocimiento y pericia en el campo legal.
Claudia Amore Jiménez, directora de la Cámara de Servicios Legales de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), al respecto dice que “antes de inaugurar un buró, los jurisconsultos interesados deben laborar un buen tiempo en una firmar de abogados reconocida, en donde podrán adquirir un nivel de especialización del derecho que les permita formarse de una manera integral”.
“Una vez que tengan el bagaje necesario, y si van a constituir una oficina de asesorías jurídicas, deben definir el área en la cual quieren concentrarse, porque los clientes buscan cada día más y mejores niveles de especialización. Fuera de esto, si ambicionan ser exitosos, tienen que contar con un dominio particular sobre los servicios que vayan a ofertar”, indica Amore.
Además, un factor clave que deben tener presente al establecer un bufete es que no inicien con unos costos muy elevados y se apoyen en la tecnología para sacar adelante su actividad empresarial. Lo usual, precisa Amore, “es que las firmas comiencen con estructuras pequeñas, que van creciendo conforme se posicionan en el mercado y en una o varias industrias, según el grado de especialidad de sus servicios”.
A raíz de la evolución del mundo, quienes vayan a iniciar cualquier negocio de este tipo deben tener presente las nuevas tecnologías; esto cobija, particularmente, a los abogados, porque muchas labores se desarrollan con modelos de inteligencia artificial que les facilitarán el crecimiento en el sector.
Igualmente, cualquier iniciativa de emprendimiento relacionada con servicios legales debe hacer una apuesta importante por la innovación y la tecnología, sobre todo actualmente, cuando el trabajo a distancia no es una opción sino una obligación, y un factor que marca diferencias en cuanto a la experiencia del cliente.
Esto exige, según Fierro, un conocimiento importante de las herramientas de Legaltech que más convengan al despacho; por ejemplo, en cuanto a sistemas de automatización de procesos administrativos, de análisis de productividad y rendimiento de los abogados, de seguimiento a litigios y negocios vía online, e incluso del uso de aplicativos de business intelligence que ayuden a identificar a los abogados y a los clientes más rentables.
Además, necesitarán una firma robusta en cuanto a plataformas de almacenamiento de data, análisis y protección de la misma, y comunicación en tiempo real 24/7 con los clientes para convertirse en una firma ganadora. Esto desde luego como complemento a la atención personalizada y de calidad que brinden los abogados y que sigue siendo la esencia del negocio.
Que los nuevos bufetes que se constituyan puedan llegar lejos, dependerá en gran medida de si su modelo de negocio y especialidad están pensados para ser una boutique hiperespecializada en una o dos áreas de práctica.
Influirá también si se proyectan a ser una firma mediana que preste servicios transversales o una big law multiservicios, que implica una gran infraestructura, muchas personas trabajando, y una expansión geográfica importante.
Para Catalina Quintana, gerente de Leancase, los emprendedores que quieran iniciar un negocio de asesorías legales lo primero que deben hacer es una validación del mercado y de sus clientes, conociendo qué necesitan y si están dispuestos a comprar el servicio que se les va a ofrecer.
De acuerdo con los informes que proporciona la Cámara de Servicios Legales de la Andi, en Colombia ha venido en aumento anualmente el número de bufetes de abogados con presencia en el país, ya sean locales o internacionales.
Hasta el 2019, los reportes de esta Cámara que promueve el derecho, la seguridad jurídica y el desarrollo socioeconómico de la Nación, confirman que en el mercado colombiano estaban registradas 616 empresas prestadoras de servicios jurídicos.
Sobre los retos jurídicos para 2021, en un balance que presentó la firma Aesyr & Abogados, se advierte que para superar la crisis económica tras la pandemia del covid-19, todos los sectores económicos necesitarán importantes cambios y reestructuraciones.
Por ello, el campo jurídico no es ajeno a estas transformaciones, advierte el reporte, ni a los efectos de la pandemia, y todos sus operadores (incluidos los despachos de abogados), se verán obligados a tener que reajustar su dinámica y estructura para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.
“No cabe duda de que esta situación nos conduce a priorizar la eficiencia, a invertir en nuevas tecnologías y reorganizar nuestra tradicional metodología de trabajo, orientándola hacia otra más flexible y rentable”, se advierte en el documento.
Para los analistas de Aesyr & Abogados, en el sector legal seguramente se dará una aceleración e incremento de nuevas operaciones de concentración mediante compras o fusiones de despachos a consecuencia de la crisis, pues el tamaño de estos y su carácter multidisciplinar serán factores determinantes.
Vale la pena aclarar que esto no es nuevo, ya que muchos establecimientos desde hace unos años se han asociado con grandes firmas, factor que se puede incrementar por causa de los efectos económicos que ha dejado la crisis sanitaria global.
Igualmente, la firma advierte que la digitalización de la justicia será otro elemento decisivo para afrontar los nuevos retos que se esperan. Herramientas como el teletrabajo se irán consolidando cada vez más, de la mano de la estandarización de aplicaciones telemáticas como los sistemas Siga y Vereda, de expedientes judiciales electrónicos, las bibliotecas jurídicas inteligentes como vLex o Tirant, o la firma electrónica.