Lo que buscan este tipo de empresas, según Carlos Andrés Barbosa Sánchez, director Jurídico de GCE Legal, es garantizar el servicio prestado a sus clientes y que sepan además que ellos son verdaderos especialistas; también, tener una relación más directa con el usuario que, a diferencia de las grandes y jerárquicas organizaciones que tienen una distribución mucho más vertical, estas en realidad tienen una disposición horizontal.
En ese sentido, Julián Jiménez Mejía, socio y director de Jiménez–Higuita–Rodríguez y Asociados, señala que se conoce como firmas boutique a aquellas que son de nicho o que manejan un tema especializado que, en el caso de su compañía presta servicios de impuestos casi que de manera exclusiva.
Sobre esas áreas de especialización, Carlos Barbosa manifiesta que en el caso de GCE Legal su 'expertise' se basa en la asesoría empresarial, sobretodo en outsourcing, lo que quiere decir que apoyan a las organizaciones que quieren contratar personal, bien sea en el país o en alguno de los 125 lugares del mundo en los que hacen presencia.
"No solamente estamos en lo que respecta al 'Employer of record', sino que brindamos la asesoría completa desde el punto de vista del derecho laboral, y también desde el derecho comercial, el migratorio y en arbitraje comercial internacional, que es lo que nos diferencia de las otras firmas. Seguimos teniendo una estructura de empresa boutique en el ámbito nacional e internacional, ya que contamos con diferentes asociados en esos 125 destinos, a excepción de la India donde sí tenemos nuestra propia operación y desde la cual atendemos a socios, clientes y aliados de Asia", destaca el director jurídico.
Acerca de esa tendencia en el país, este jurista asegura que sí está creciendo y que, en definitiva, para poder competir contra las grandes firmas, los abogados se dieron cuenta de que era necesario especializarse, con el ánimo de ofrecer mejores servicios, ya que para las compañías de gran tamaño todos los clientes son exactamente iguales y en muchas ocasiones no tienen una relación directa con el CEO o con el Director Jurídico, lo cual no considera malo sino que hace parte de una sólida y buena estructura, que incluye un sinnúmero de servicios para proporcionar.
"Sin embargo, en las firmas tipo boutique la relación con el Director Jurídico, como abogado de mayor jerarquía técnica, crea el vínculo directo entre cliente y abogados, lo que genera que el resultado de la asesoría jurídica sea mucho más completo", puntualiza Barbosa.