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¿Un derecho o un privilegio?

El programa Women Count de las Naciones Unidas, promueve que las investigaciones sociales tengan también una perspectiva de género.

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Las mujeres hoy tienen un papel fundamental en la creación de valor de las organizaciones.

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abril 30 de 2021 - 12:00 a. m.
2021-04-30

No es un refinamiento. La mujer es el 42% de la población económicamente activa y el 39% de la población ocupada. Como es apenas natural, ellas tienen un papel muy importante en la creación de valor de las organizaciones y este proceso se ve favorecido cuando estas han entendido que la mujer no puede ser vista a partir de su capacidad adaptativa a un mundo construido a partir de modelos masculinos.

Es un aprendizaje para todos, cuyas necesidades se acentúan en quienes crecieron en una sociedad como la colombiana, que solo muy recientemente comenzó a hablar de estas cosas. Por supuesto hay quien cree que no existe razón alguna para este enfoque y que aquí lo que se quiere es crear un privilegio injustificado. No hay tal. Por el contrario, lo que se busca es favorecer la comprensión de las organizaciones sobre fenómenos que apenas ahora afloran de forma clara y sin velos.

Coyunturalmente, no podría ignorarse que las mujeres han pagado el mayor costo social de las medidas originadas en la pandemia. En un año, el desempleo femenino aumentó 7.1 puntos porcentuales, en contraposición al masculino que subió 4.5, ¿qué implica esto? Que millones de mujeres en Colombia, en el último año, han tenido que desempeñarse en condiciones mucho más demandantes y que el lugar de trabajo debería ser más sensible a este contexto, para que las mujeres sientan que las organizaciones entienden esta realidad y que hacen su mejor esfuerzo para aliviarla.

Sumémosle a esto, lo que implica el teletrabajo. Para muchos, el paraíso. Para no pocas, una realidad muy inquietante, que le demandará más tiempo dedicado a la economía no remunerada del cuidado, llevando su exigencia a un nivel muy superior, en promedio, a la de sus compañeros de trabajo. Dinámicas estas entonces que obligan a un seguimiento muy cuidadoso de como evoluciona esta tendencia, para que no derive en una afectación mayúscula del grupo que apenas ahora está encontrando una voz y una atención en su lugar de trabajo, que reconoce su identidad de género.

La recuperación social y económica demanda un esfuerzo mayor que el habitual. Por esto nos cuesta tanto. Así las cosas, ser un gran lugar para trabajar ya no es algo “rico de tener” (nice to have) sino un imperativo para que podamos avanzar con más vigor en el restablecimiento de lo que hemos perdido y todavía más frente a tantas necesidades que han emergido con esta crisis.

El  aspecto clave

En el estudio de Great Place to Work®, ¿cuál es el aspecto que más peso tiene para que las mujeres consideren que una organización es un gran lugar para trabajar? El que pueda participar en espacios para opinar sobre el trabajo y también sobre el Ambiente Laboral. Quien tiene en cuenta la historia, ¿cómo podría sorprenderse con esto?

La lista que presentamos en este especial no es nada distinto entonces que una relación de esos empleadores, que han reconocido que la atención a las sensibilidades, necesidades y expectativas de las mujeres, deben tener una respuesta específica y estructurada, de la cual deben hacer eco sus líderes.

El país necesita excelentes ejemplos para salir adelante. Las organizaciones que están en esta lista, lo son por mérito propio.

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