Antes que comenzar a ahorrar para, en un futuro, adquirir una vivienda, los jóvenes colombianos prefieren comprar una moto y tener así un activo que representa más su estilo de vida.
Un análisis de BBVA Research sostiene que las compras de esos automotores se concentra en edades más tempranas y se realiza antes que tener carro o pensar en formar un ahorro con miras a invertir a futuro en un inmueble.
El estudio señala que el consumo de vivienda solo se presenta en edades más avanzadas, de 45-54 años, mientras que el de la moto comienza entre los 20 y 24, y su pico es entre 25 y 39 años.
De otra parte, el BBVA Research indica que poseer moto es un hecho determinado por aspectos como la distribución del ingreso y las características de los jefes de hogar que, en su mayoría, son hombres.
Por lo general, en los hogares más pujantes el mayor ingreso impulsa la preferencia de las personas por otro tipo de transporte con mayor comodidad que la moto.
También cabe señalar que si bien en Colombia la compra de carro fue por muchos años sinónimo de estátus, las facilidades de crédito y el incremento en el nivel de ingresos en los hogares impulsa la balanza hacia la adquisición de uno de estos vehículos, ya sea usado o nuevo, frente a otro tipo de transporte con menos comodidad como la moto.
El presidente de GM Colmotores, Jorge Mejía, afirma que si bien en las zonas rurales un buen número de personas ya no se moviliza a caballo, sino en motocicleta, cuando los ingresos se lo permiten se pasan al carro al cabo de unos años.
No obstante, casi la quinta parte de las familias colombianas les hace ‘el quite’ a los problemas de movilidad del país con una motocicleta, según indicó un estudio reciente de la Cámara de la Industria automotriz, ente que hace parte de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
Según el Dane, 2’310.0000 hogares en el país poseen por lo menos una motocicleta, lo cual corresponde al 18 por ciento del total.
Y eso se da porque, para una buena parte de los colombianos, la moto no es solamente el primer vehículo propio, sino una herramienta de trabajo que les permite generar ingresos. Otro factor que ha impulsado las ventas de motos en el país es el precio unitario, pues pasó de costar entre 10 y 12 salarios mínimos hace 10 años a 4 salarios mínimos en la actualidad.