Hay quienes dicen que es por cuestiones culturales o tal vez por falta de educación financiera, lo cierto es que muchos colombianos aún no tienen la costumbre o el hábito de ahorrar e invertir parte de sus ingresos mensuales para prever épocas de desempleo, para aumentar su capital o simplemente para planear mejor una futura jubilación.
La Encuesta Global de Nielsen sobre la Confianza del Consumidor e Intenciones de Compra para el tercer trimestre de 2015, donde son consultadas más de 30 mil personas en 60 países, arroja que en Colombia el dinero que les sobra a los ciudadanos cada mes se utiliza para pagar créditos, deudas o tarjetas; entretenimiento, ropa nueva, planes de vacaciones, productos tecnológicos, entre otros.
Lo curioso es que sólo el 6 por ciento de los encuestados usa este ingreso para ahorrar e invertir en acciones, y el 5 por ciento lo destina a un fondo de retiro. Esto permite inferir que en el país la cultura financiera es cortoplacista, generada a veces por la falta de orientación sobre cómo hacer un buen uso de estos recursos, sumada al desconocimiento general sobre las opciones de inversión disponibles en el mercado.
Otro estudio del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), realizado a 4.800 personas de Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia, arroja que el 67 por ciento de los encuestados aseguraron que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus gastos, por lo cual no cuentan con un porcentaje que puedan destinar al ahorro o a las inversiones.
Lo primero que se debe entender al momento de ahorrar e invertir, son las diferencias entre ambas alternativas, que radican básicamente en el destino que le damos al dinero.
Cultura de ahorro
Ahorramos cuando reservamos una parte de nuestros ingresos para usarlos en emergencias o para necesidades puntuales, usualmente en un lapso corto, estos fondos se pueden guardar en nuestra casa, de manera informal, con los riesgos que esto supone; o consignarlos en una cuenta de ahorros o corriente y en depósitos a término como los CDT (Certificados de depósito a término) y CDAT (Certificados de ahorro a término), y si bien estos últimos representan algún tipo de rentabilidad, a veces puede ser menor que la tasa de inflación.
Sin embargo, con estas opciones se tiene la garantía de tener siempre nuestro capital sin peligro alguno de perderlo.
Mientras tanto, la inversión se refiere al dinero que usamos para comprar un bien o un activo financiero como títulos, valores y demás, a cargo de otros entes, con el objetivo de incrementarlo, generalmente a largo plazo, ya que ofrece diferentes rendimientos como intereses, dividendos y valorización del capital, asumiendo un riesgo.
Dentro de los productos disponibles en el mercado se encuentran los fondos de inversión de renta fija y variable, las acciones, las carteras colectivas y los fondos de pensiones voluntarias, entre otros.
Entonces, ¿cómo ahorran los colombianos?
Según el estudio del CAF, el 39 por ciento de los colombianos no ahorra y el 37 por ciento de las personas que sí lo hacen, guardan estos recursos en una alcancía o ‘debajo del colchón’. El 12 por ciento de los ahorradores colombianos consigna su dinero en una cuenta de ahorros o corriente, el 9 por ciento en ‘cadenas de ahorro privado’ y solo el 6 por ciento deja su capital en depósitos a término.
Y, ¿cómo invierten?
La investigación del CAF también demuestra que sólo el 3 por ciento de los colombianos que ahorran, invierte ese dinero para buscar mejores ganancias, ya sea con la compra de vivienda y ganado o en productos de inversión financiera diferentes a los fondos de pensión.
Según la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, en 2014 la inversión en vivienda nueva aumentó 7 por ciento respecto al año anterior, lo que representó cerca de $26.9 billones.
Aunque las cifras siguen siendo bajas, estos leves incrementos son consecuentes con la aspiración que tienen las personas de convertirse en inversionistas, pues según el estudio de Global Investor Pulse, el 80 por ciento de los colombianos quiere aprender a invertir.
Adicionalmente, existen mecanismos que incentivan la compra de bienes inmuebles, como las cesantías, los fondos de pensión voluntaria y las cuentas AFC, estos últimos con alivios tributarios.
Muestra de esto es que en el último año los colombianos retiraron cerca de 3,5 billones de pesos en cesantías, de esta cifra, el 26 por ciento se destinó a la construcción o mejoras de vivienda y el 21 por ciento fue para compra de finca raíz, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos).
EDUCACIÓN FINANCIERA
En términos generales, el reto en Colombia está en aumentar la educación financiera desde edades tempranas.
Pero también es importante que las personas busquen asesoría experta, para que en materia de ahorro encuentren los mecanismos que brindan mayor seguridad a la hora de guardar su dinero; y los que sueñan con ser inversores, conozcan las mejores alternativas que les ofrece el mercado en términos de rentabilidad.
Juan Pablo Zorrilla
Codirector general de Resuelve Tu Deuda