El ahorro es fundamental para el futuro. Sus beneficios son a menudo subestimados pero con el tiempo son innegables. Además de que ayuda a mejorar la organización de los gastos, permite alcanzar las metas propuestas y al ver estos resultados positivos, aumenta la motivación para seguirlo haciendo. A largo plazo mejora la calidad de vida de las familias y permite apalancar los ingresos para futuras inversiones.
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“Promover una cultura del ahorro tiene una connotación valiosa en el progreso de la sociedad, ya que es fácilmente convertible en otro tipo de activos que apalancan el desarrollo, como educación, vivienda o creación de empresas”, afirma al respecto Diego Prieto, presidente del Banco Caja Social.
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Desde el banco se han establecido 10 trucos que ayudarán a cualquier persona a convertirse en un ahorrador:
Lo que no se mide es muy difícil de controlar, por esta razón es importante medir a qué dedica sus ingresos en realidad. Puede ser que, al sumar todos los gastos mensuales, tanto los más grandes como los más pequeños, se sorprenda de cuánto gasta en nimiedades.
Diariamente somos víctimas de una cultura del consumo que nos pone siempre al filo de nuestra capacidad solo para adquirir caprichos o cosas suntuarias. Antes de sucumbir a estas tentaciones es necesario reflexionar y preguntarse ¿puedo vivir sin esto? ¿qué beneficio a largo plazo me genera esto? Luego, podrá mirar con mayor objetividad esos gastos suntuarios como son los generados por golosinas entre comidas, el cigarrillo, el café, los taxis, las promociones, entre otros.
El ahorro debe cumplir objetivos concretos. En un comienzo, se recomienda cumplir metas pequeñas que demuestren el poder del ahorro y le permitan cambiar su manera de pensar frente a los gastos. Así, la primera meta podría ser: “en lugar de comprar ese café en la mañana, en dos semanas con ese dinero compraré…”
De nada sirve que los líderes de una familia o de cualquier grupo hablen de ahorro, si no comparten metas y compromisos con todos sus miembros. Crear compromisos hace incluso más estimulante el proceso pues de forma colectiva comenzarán a buscar cómo recortar gastos para mejorar la distribución del ingreso.
Analice sus hábitos de consumo y rompa paradigmas. Es posible mantener un estilo de vida sano y cómodo reduciendo gastos en planes de internet, en uso de marcas, incluso en la forma de desplazarse. Por ejemplo, al compartir el auto con familiares y vecinos al menos una vez por semana, reducirá los gastos de estacionamiento, gasolina, mantenimiento. ¿Qué tal si logra compartirlo dos veces a la semana, o tres?
A muchas personas se les va el sueldo pagando créditos de cosas que ya quedaron en el pasado, otras tienen tantas tarjetas y créditos que no saben en realidad a dónde fue a parar su mesada. Según Diego Prieto, “usted puede vender su cartera a otra entidad que cobre una menor tasa de interés, y así la nueva cuota será más baja. Lo interesante está en ahorrar la diferencia entre la cuota antigua y la nueva, suponiendo que el pago se efectúa por el valor anterior.
Para definir qué tarjeta le conviene, analice características tales como cuota de manejo e intereses. La que cobre menos cuota y que tenga los intereses más bajos será la más saludable para su economía.
Al combatir los gastos innecesarios y ajustar sus deudas, tendrá una economía más sana que le permitirá poner el ahorro entre las prioridades y no entre las opciones. El Banco Caja Social, por ejemplo, le permite conocer el estado de su salud financiera y a partir de allí acompañarlo para que aprenda a realizar un presupuesto y administrar de manera eficiente su dinero.
Definir los gastos que puede realizar aumentará el control y el conocimiento de su estilo de vida y le permitirá el uso responsable de los ingresos. “Para esto existen opciones sencillas, como hacer la lista del mercado y comprar lo que en realidad se necesita, en lugar de caer en la tentación de adquirir algo sólo porque está en promoción.
Nada mejor que usar soluciones como hojas de cálculo y aplicaciones o macros para organizar presupuestos y planes de pago para tener una visibilidad de sus ingresos, de sus gastos y lo más importante, de sus ahorros. También, aproveche la banca digital y los pagos electrónicos para conocer con precisión sus gastos.
Un uso menor de efectivo lo conduce a un ahorro natural. Pagar mediante aplicaciones le ayuda, incluso, a llevar las cuentas de sus ingresos y sus gastos. Hoy en día, casi todo lo que se genere en forma electrónica es gratis; además, deja de correr el riesgo de perder el efectivo si por alguna eventualidad bota la billetera o se la roban.