El pasado 3 de febrero, el senador Humberto de la Calle encendió las alarmas al referirse a los elevados costos de los productos que se venden en el aeropuerto El Dorado, en el occidente de Bogotá.
“¿17.900 por una agüita sin gas en El Dorado? ¿En serio?”, escribió De la Calle en un tuit sorprendido por lo que tuvo que pagar por una botella de agua, que en una tienda o cafetería de la ciudad puede costar 2.500 o 3.000 pesos.
(Lea: La Universidad Nacional ofrece diplomados gratis: ¿cómo inscribirse?).
Pero el senador no es el único que se ha quejado por los altos costos de las cosas en el aeropuerto. Esta situación ya ha sido denunciada por otros viajeros, tanto nacionales como internacionales, quienes han expresado en redes sociales su inconformidad por lo que consideran un “abuso”.
$ 17.900 una agüita sin gas en El Dorado? En serio?
— Humberto de la Calle (@DeLaCalleHum) February 3, 2023
EL TIEMPO hizo un recorrido por la terminal aérea con el fin de verificar la situación que viven a diario los usuarios de El Dorado. Juan Felipe Sánchez es un de viajero frecuente y comentó que debería haber una regulación en los precios de los productos que se venden en la terminal.
“Es evidente que los precios son más altos en casi todos los productos y, a mi parecer, no es justo que el bolsillo del colombiano se vea afectado por tal vez la falta de regulación”, agrega Sánchez.
Sin embargo, dice entender que el precio es alto porque “es innegable que, al haber tanto tráfico de personas, sostener cada uno de los locales debe ser costoso y el precio normal de un producto tal vez no les alcanza”, puntualizó.
Daniela Parra, quien viaja frecuentemente dentro del país, dice que es comprensible que los vuelos se retrasen, pero no el alto valor de los productos. “El sobrecosto no es en una, sino en todas las tiendas. Me han llegado a cobrar más de 25.000 pesos por un paquete de papas, una empanada y una botella de gaseosa”.
A Daniel Hurtado le sorprendió que mientras esperaba el vuelo decidió tomarse un agua aromática en una cafetería y le cobraron 8.000 pesos.
Sergio Aparicio, gerente comercial de la Operación Aeroportuaria Internacional (Opain), indicó que ellos no puede establecer los precios para los comercios. Recordó que los precios de los productos son responsabilidad exclusiva de cada establecimiento.
El funcionario de Opaín comentó cuáles son las acciones que se toman una vez tienen conocimiento de casos como el relacionado con el senador.
(Además: La compañía tecnológica que es clave en la guerra de EE. UU. con China).
“El primer punto a tener en cuenta es que la gran mayoría de aeropuertos en el mundo están regulados por el dólar. Esto significa que si el precio de la divisa sube, los productos también lo harán; de la misma manera, bajarán si el precio decae”, dijo.
Sin embargo, cuando los precios son excesivamente altos, ellos, como aeropuerto, no pueden estipular ningún precio, pues “no tenemos ese derecho como consorcio”, menciona el gerente.
El segundo paso que determina el gerente, es el de verificar la zona en la que está ubicado el local en donde se vendió el producto, y, luego sí, corroborar el precio del producto.
“Si el valor del producto está fuera de lo común, se habla con el administrador del lugar, se escuchan las razones por las que se tiene el precio y se determinan las acciones a tomar”, agrega Aparicio.
El funcionario explicó también que son tres los niveles en los que se divide el recorrido de los viajeros, tanto del que ingresa al aeropuerto como el que llega. En esos niveles, agrega, hay una oferta comercial diversa, lo que les permite a las personas escoger una gran variedad de productos de acuerdo con sus gustos, necesidades y presupuesto.
Para comprender los llamados tres niveles se debe tener en cuenta que en el primero se encuentra el acceso a 53 dispensadores de agua, en los que se puede recargar los termos o botellas sin ningún costo.
(Lea: Café del Mar abandona el Baluarte de Santo Domingo en Cartagena).
El segundo es el acceso a las máquinas dispensadoras. En ellas el agua tiene un costo promedio entre 4.000 y 5.000 pesos colombianos. Esto dependiendo de la zona en la que se encuentre el usuario, sea nacional o internacional.
Y el tercer nivel es para quienes deseen comprar con un servicio; es decir, sentarse en una mesa, ser atendido, que le ofrezcan un vaso con hielo, entre otros. Una botella en estos restaurantes puede costar entre 6.000 a 10.000 pesos.
Es de anotar que a comienzo de 2023, un ciudadano comentó que también en redes social, igual que De la Calle, que en un establecimiento le habían cobrado 135.000 pesos por dos sánduches de pavo y dos gaseosas en lata.
EL TIEMPO visitó el local comercial y corroboró que se trata de un restaurante atendido por chefs de talla internacional, lo que significa que los precios son acordes a los estipulados por la franquicia en los restaurantes a nivel mundial.
“Cuando uno creía que el pandebono a 30 mil era un abuso, en el aeropuerto El Dorado dos hamburguesas con papas valen 156 mil y ¡en plato plástico!”, escribió en redes sociales Buenaventura, hace un buen tiempo cuando comentó su caso.
Como lo explica Aparicio, los establecimientos comerciales en El Dorado, en especial lo localizados en la zona internacional, además de vender un producto bien elaborado y reconocido por los mejores chefs, venden la experiencia del lugar. “Ser bien atendido, atención a la mesa, que estén pendientes de si está todo bien, compartir reseñas de los mejores degustadores, son unas de ellas”.
(Lea: Por qué 'todos quieren' con Viva Air: el detrás de ofertas de compra).
Otra de las razones que agrega Opaín sobre los precios es que el costo de operación en el aeropuerto es mucho más elevado que en los miles de comercios que hay repartidos en las localidades de la ciudad.
Un dato que tal vez conocen muy pocos, según Aparicio, es que el horario laboral en El Dorado es diferente al del resto de la ciudad. En la terminal aérea hay turnos de 20 horas y el personal de cada equipo de trabajo es mayor. “Esto se puede incrementar independiente de la zona. Por ejemplo, un restaurante en la parte pública (antes de pasar a las salas) les permite a los ciudadanos sentarse, pedir su comida y degustar de esta misma, solamente con el afán de que tienen que tomar un vuelo”, menciona el gerente.
Sin embargo, después de pasar el Check In, las mismas franquicias le ofrecen al viajero cartas más detalladas con productos que están listos en tan solo unos minutos. Por esa misma razón dice que “se necesitan más manos en cada tienda con el fin de atender a cada viajero que llega y poder satisfacer sus necesidades lo más rápido posible”.
A pesar de las explicaciones que da el operador del aeropuerto frente a los casos de sobrecostos, diferentes viajeros siguen inconformes ante lo que consideran “falta de acciones” de la Superintendencia de Industria y Comercio y de Opaín .
El abuso con los precios en el aeropuerto El Dorado impide que los colombianos disfruten llevando al exterior las delicias con sabor a infancia. (Una bolsa de chocorramos pequeños $50.000). pic.twitter.com/WcSQlHBceO
— Ignacio Mantilla Prada (@MantillaIgnacio) November 29, 2022
Ante las quejas, las personas, a través de Twitter, le han reclamado a la Superintendencia que “como organismo público deberían proteger los derechos de los consumidores”, mencionó un usuario en la red social.
(Además: Vida útil de reservas probadas de Ecopetrol llegó a 8,4 años).
Este organismo señaló que la fijación de los precios de productos es responsabilidad exclusiva de cada establecimiento y citó que “el artículo 88 de la Constitución reconoce la libre competencia como un derecho colectivo”.
También recordó que las personas son libres de escoger en donde consumir los productos, y advierte que los horarios del personal, que muchas veces trabaja por extensas horas, influye en el precio.
“Así como también contratan demás para cubrir las jornadas, deben pagar las horas extras, dominicales, festivos y nocturnas, lo cual incrementa los salarios”, agregó un funcionario que prefirió no ser citado.
Ignacio Mantilla, quien con frecuencia debe viajar a Bogotá, asegura que “el abuso con los precios en el aeropuerto El Dorado impide que los colombianos lleven al exterior las delicias del país” y cita que una bolsa de tortas de chocolate le costó 50.000 pesos en la terminal aérea de la capital, cuando ese mismo producto vale entre 13.000 y 14.000 pesos en una tienda de barrio.
Pero también hay viajeros que tienen claro que El Dorado no es el lugar indicado para ir a comer y mucho menos en compañía de la familia, sino para tomar un vuelo y, en casos de esperas largas, tomarse un tinto, una aromática o apenas un agua. Claro que no falta el usuario que prefiere llevar en un morral o entre sus bolsillos cosas para consumir antes de ingresar a las salas de espera.
En todo caso, el gerente comercial de Opaín dice que no sobra la recomendación a los viajeros, sean nacionales o extranjeros, que cuando vayan al aeropuerto tengan en cuenta que pueden presentar retrasos en el vuelo y en esos momentos es posible tengan que consumir.
-Cuando las personas perciben que un establecimiento comercial abusa del precio de un producto o el servicio que ofrece es más elevado de lo normal, pueden hacer el reclamo con personal del aeropuerto.
-En esos casos, los viajeros deben dejar los datos completos del comercio donde compraron y aportar pruebas donde se pueda corroborar el valor cobrado. Con eso se podrá empezar el proceso de análisis y determinar qué pasó y si hay lugar a alguna decisión contra el establecimiento.
-El operador del aeropuerto le recuerda a la ciudadanía que cada una de las tiendas, ubicadas en las zonas nacionales e internacionales, tienen la carta a la entrada con los precios en pesos colombianos y en dólares, como lo exige la Superintendencia de Industria y Comercio.
NICOLÁS MACÍAS ROJAS
REDACCIÓN BOGOTÁ-EL TIEMPO