El desarrollo y la expansión de la primera franquicia internacional de la cadena peruana La Lucha Sanguchería será en Bogotá.
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Esta es una de las cadenas de restaurantes más posicionadas de Lima.
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Actualmente, cuenta con más de 40 locales y sus dueños son propietarios de cuatro marcas que venden alrededor de un millón de dólares mensuales.
La franquicia la trae al país un grupo de empresarios del sector de restaurantes, el mismo que tiene el sitio especializado de comida oriental Osaka.
El primer local estará abierto el próximo viernes cerca al Parque de la 93 y en un par de semanas espera inaugurar el segundo en la Carrera 13 con calle 85.
Para el mes de junio, La Lucha Sanguchería inaugurará su tercer local en el centro comercial Plaza Claro, en la zona de Ciudad Salitre. En los próximos 5 años se proyecta 10 puntos en la capital. Luego, analizará la entrada a otras ciudades.
Juan David Carrillo, uno de los socios de La Lucha, explica que el concepto es interesante por la versatilidad de los productos, por las condiciones arquitectónicas de los locales y la posibilidad de formatos.
“Nuestra carta está basada en jugos y sánguches - como es la expresión nativa en Perú para referirse a estos productos que se pueden comer en cualquier hora del día a un precio razonable y justo”, comenta, tras indicar que un emparedado puede estar entre los $11.000 y los $15.000 y un combo puede estar en los $17.000.
Carrillo señala que el formato está dentro del concepto de comida rápida con la premisa ‘artesanal y sana’, lo que hace la diferencia frente a lo que se maneja en este tipo de alimentación. La agua de panela con limón será una cuota local de la carta.
“Es una oferta completamente artesanal. Todos los ‘sánguches’ que se venden en La Lucha Sanguchería son preparados por nosotros. El pan y la carne son horneados y hasta las frutas de los jugos son procesadas directamente. Todos son alimentos naturales y orgánicos”, sostiene el empresario.
Esas características de la carta permitió visualizar que en Colombia, empezando por Bogotá, había una clara oportunidad de desarrollo, dada la oferta básica y sencilla que se ve hoy en el mercado, según Carrillo.
Agrega que los dueños de la marca en Lima, desde hace algún tiempo, habían querido traerla a Bogotá pero no habían encontrado a un grupo gestor que tuviera las credenciales y la experiencia para garantizar que la salida de La Lucha de Perú fuera exitosa en el desarrollo y la expansión.