Los colombianos con sobrepeso suman cerca del 51 por ciento de la población y los obesos el 17%, lo cual constituye un problema de salud pública, pero por otro lado representa una oportunidad para un negocio de magnitud mayor, si se tiene en cuenta que son más de 24 millones de ciudadanos dentro de los cuales hay una gran cantidad con necesidades especiales de productos y servicios hechos a su medida.
Salvador Palacio, quien sufrió de obesidad mórbida y actualmente dirige la Fundación Gorditos de Corazón, cuenta lo difícil que resulta para una persona ‘grande’ conseguir ropa adecuada, al punto de que hasta hace poco no había otra alternativa que traerla del exterior.
Y mucho más lo es lograr pasar por la registradora de un bus o sentarse en una silla de transporte público, encontrar un asiento en un avión o una silla en una plazoleta de comidas de la resistencia debida, según relata Laura Agudelo, una mujer que luce orgullosa su humanidad “abundante en carnes”, pero que se lamenta de que en el país aún sea difícil encontrar muchas cosas para gente de su condición.
Laura es comunicadora y tiene además el blog en el que habla de temas que competen con su ‘gremio’. El año pasado, además, convocó a sus lectoras a hacer ejercicio y desde entonces se citan a caminar en el parque nacional de Bogotá, todos los domingos a las 7:00 a.m.
En otros países se ofrecen ya balanzas para obesos, extensiones para los cinturones de seguridad, colchones, muebles especiales y una que otra aerolínea ha incorporado asientos con mayor espacio.
Sin embargo, a nivel local es un mercado joven que muy pocos han empezado a explorar.
El sector que presenta el mayor desarrollo orientado a ese nicho es el de las confecciones.
La pionera en ese ramo fue tal vez la ya fallecida actriz Chela del Río, quien montó un almacén especializado en la zona de Galerías, de Bogotá, el cual tras su muerte continúan manejando sus hijas Gloria Gómez, Lucero y Luz Ángela.
Fabiola Posada, conocida en el mundo artístico como ‘la gorda Fabiola” de Sábados Felices, cuenta como hace algunos años la gente le preguntaba de dónde era la ropa que se ponía, y la respuesta para ella resultaba odiosa: “La traje de Estados Unidos”.
Hace cinco años, ella y su socia Gladys Acevedo, montaron el almacén By la Gorda Fabiola, donde comenzaron a vender prendas de grandes tamaños, todas importadas. Sin embargo, con las fluctuaciones del dólar se vieron en la necesidad de sustituir lo que se traía y ahora están produciendo localmente para los seis locales que poseen (cinco en Bogotá y uno en Medellín).
Se amplía el portafolio
Posada referencia que marcas como Pat Primo también han creado líneas plus y que hay ventas por catálogo y almacenes como Vluzy, en Medellín, que exhiben prendas de gran formato.
Por otra parte, la firma New Care comenzó fabricando alimentos para control del peso y ahora su producto estrella son las fajas adelgazantes, que incluso exporta.
Gorditos de Corazón también expende suplementos dietarios. Según su Director, no se trata de algo cuyo fin principal sea el lucro, pero la idea sí es que los ayude a sostenerse.
Adicionalmente, en la capital de la República hay un servicio a domicilio llamado Doctora Gourmet, que, a partir de un diagnóstico personalizado de las necesidades nutricionales, lleva el almuerzo o la cena hasta el trabajo o la casa. “Nosotros, no le ofrecemos un plan de dietas rápidas y pasajeras; nuestra meta es cambiar sus hábitos alimentarios generando en usted la conciencia de desarrollar un buen estado de salud”, explica en la página web su creadora, la nutricionista-dietista Carolina Camacho.
Hace pocos meses se fundó XL Club, un gimnasio donde puede ir cualquiera, pero con el fuerte de recibir a aquellas personas de cuerpos no tan esculturales y que quieren ejercitarse por salud.
“Hoy día ya la cosa es más incluyente, aunque todavía falta que en las telenovelas nos pongan como mujeres bonitas, no como la muchacha del servicio”, acota Fabiola Posada.
Las firmas especializadas en estudios de consumo no cuentan con cifras acerca del dinero que se mueve el mercado de productos y servicios dirigidos a los gordos en Colombia.
Lo único que Portafolio encontró consolidado en relación con el asunto fueron los cálculos de Euromonitor según los cuales se venden $10.900 millones en tés adelgazantes al año y $74.000 millones en suplementos dietarios para pérdida de peso.
Existen otros estimativos de que en el país se realizan al año casi 300.000 procedimientos de cirugía plástica, estando entre los favoritos la liposucción, el aumento del busto y la abdominoplastia, cuyo costo llega a varios millones de pesos.
Salvador Palacios acepta que es un mercado joven al que poco a poco se le está apostando, pero no duda de que “el tema de la obesidad en unos años se va a poder vender bien y va a ser rentable, porque los que ya están con sobrepeso 1 y 2 (leves) van a ser obesos mórbidos. Esto además de que es un mal que afecta cada vez más a los niños”. Se trata de una mala noticia para el Gobierno y los profesionales de la salud, pero posiblemente buena para los industriales y comerciantes.
Un espejo de las potencialidades puede ser Estados Unidos, donde, según el portal www.altonivel.com, las empresas que se ocupan de “resolverles los problemas diarios a los obesos” facturan 30.000 millones de dólares al año. Además, añade, que el campo de la industria de confección que más crece es la de las tallas plus que abastecen al 50% de las mujeres de ese país y captan ingresos cada año también por 30.000 millones de dólares.
Néstor Alonso López L.
Redacción Portafolio
Negocios
19 nov 2016 - 11:47 a. m.
Así se mueve el prometedor negocio de las tallas grandes
En 51% de los colombianos tiene sobrepeso y 17% es obeso, es decir que muchos necesitan productos a su medida, que hoy no se hacen.
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