Literalmente, con mucha visión, dos jóvenes emprendedores le están cambiando al mundo de las ópticas su forma de ‘mirar’ el negocio. Desde hace dos meses, Andrés Beker y Eduardo Palma presentaron, por ahora en Bogotá, el portal Coyote Visión, cuyo objetivo es ofrecer opciones y modelos exclusivos de gafas, de sol y recetadas, que el cliente puede ‘probar en casa’ durante dos días antes de decidir a comprarlas. Esta es la nueva y revolucionaria ojeada al futuro de esta actividad.
“Hoy, te toca ir a una tienda en donde un vendedor te presiona para que te compres algo en un tiempo específico, que tienes o no. Nosotros nos dimos cuenta de que hay un espacio en el cual se puede mejorar mucho ese esquema de compra”, señala Beker,
uno de los fundadores del portal. “Creemos que el cliente tiene una necesidad: la libertad de probarse las gafas en su casa, llevarlas a su oficina, preguntarles a sus seres queridos, a la novia o el novio, y a los amigos, si les gustan o no. De tener ese tiempo para decidir y no llegar a la casa con unos lentes que ya no le ‘cuadran’ y con los que le toca lidiar hasta que se rompan o pierdan”, explica.
Así nació Coyote Visión, la marca que intenta cambiar la manera de comprar gafas. “Creamos un sistema de prueba en casa –señala Palma, quien se encarga de los diseños de los marcos– con el cual los clientes reciben un cofre con hasta nueve modelos que se pueden probar sin afán. Luego nos regresan todo lo que les enviamos, y en cinco días están listas las definitivas. Para esto tenemos a alguien que lleva y recoge los productos en cualquier parte de la ciudad”, continúa.
Creemos que el cliente tiene una necesidad: la libertad de probarse las gafas en su casa, llevarlas
a su oficina, preguntarles a sus seres queridos, a la novia o el novio, y a los amigos, si les gustan o no
Los anteojos cuestan 250.000 pesos, sin fórmula, independientemente de su diseño. “El modelo de Coyote Visión permite un buen precio y productos de calidad –afirma Beker–, pues evitamos todos esos costos fijos de tener vendedores, tienda, mercadeo y distribuidores. Ello nos brinda la posibilidad de entregarle al cliente un accesorio de primera calidad mucho más económico”.
Antes de adquirir sus lentes, la persona debe ir al optómetra y realizarse el examen; y sobre el total que este profesional le cobra, Coyote Visión le descuenta 30.000 pesos. “En el fondo –indica Palma–, esta es una industria muy tradicional que no ha cambiado mucho en los últimos 60 o 70 años. En promedio, desde que una persona entra hasta que sale de una óptica gasta aproximadamente tres horas, de modo que lo que queremos es darle la oportunidad de escoger gafas a su tiempo y a su manera”.
El nuevo objetivo del innovador negocio a partir del próximo mes de octubre es, no solo enviar a las casas y las oficinas los productos, sino ofrecer los exámenes. “Estamos terminando de estudiar el marco legal para los procedimientos”, explica este empresario que sabe del asunto porque trabajó durante cinco años en una empresa que se llama Luxottica. “Es el gigante de esta industria a nivel mundial, al cual nadie conoce por su nombre pero sí por sus marcas. Es el dueño de Ray-Ban, Persol y Oakley, por ejemplo y; en Colombia, de GMO. Trabajando en Luxottica comprendí que el futuro está en vender tu marca por tus canales comerciales, evitando el mediador”, agrega.
Tras renunciar a su cargo, el novel empresario conoció a su hoy socio gracias a su pasión por diseñar gafas. “Siempre me ha gustado coleccionarlas y un día no encontré unas
-explica Beker–. Entonces decidí hacerlas para ver qué pasaba y conseguí un proveedor que las elaboró en acero, sin ningún tipo de razón comercial”.
Su anhelo de crear se unió entonces al carácter emprendedor de Eduardo Palma, encargado de la parte operativa, comercial y de mercadeo. “Él tiene totalmente estudiado el mercado, sabe perfectamente cómo funciona y yo estoy más en la parte creativa”, dice Beker.
La experiencia ha sido tan exitosa que los jóvenes piensan ensanchar el negocio a otras capitales como Cali y Medellín. “La gente entendió el concepto de inmediato –asegura Beker–. No le ha dado miedo pedir el producto en la casa y el feedback que nos ha dado ha sido increíble. Hemos tenido un crecimiento orgánico que no esperábamos, pero es así: esto es el futuro”.
Además, han aprendido a conocer, casi con lupa, no solo el mercado criollo sino su verdadero rostro. “Hemos descubierto, por ejemplo, que en Colombia hay una morfología craneal más ancha, dato que al principio fue interesante. Por eso ofrecemos dos marcos que encajan perfectamente con una cabeza amplia”, afirma Palma.
Las gafas son diseñadas de forma exclusiva por Beker y fabricadas fuera del país. “Luego de crear el boceto, un ingeniero técnico nos hace un render en 3D. Con él medimos tamaños y ángulos, además de cómo queda sobre la nariz. Entonces se escoge el acetato, que es italiano, lo mismo que el color del lente”, señala el diseñador de Coyote Visión.
Una vez listos, el cliente puede probarlos en casa durante dos días para ver cómo le quedan, sin presión ni afanes. Se trata de una idea innovadora cuyo futuro se ve con buenos ojos.