Es una realidad en Colombia, las mujeres jalonan el negocio de las tiendas en el país. Son ellas las que están dinamizando la economía colombiana con sus tiendas: una forma de emprendimiento femenino que invierte en salud, educación y nutrición, en beneficio de miles de entornos.
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En una economía globalizada como la que estamos viviendo en nuestros días, es usual considerar que solo las grandes compañías impulsan las cifras de crecimiento económico de un país. No obstante, diferentes estudios y comportamientos, tanto de nuestra economía como de nuestra sociedad, han demostrado la relevancia de los mal llamados “pequeños negocios”. Es hora de que el país comprenda que la economía colombiana se mueve en los barrios, para ser exacto, en las tiendas que juntas, representan el 37% del total de los negocios que existen en Colombia (alrededor de 719 mil establecimientos en todo el país y más de 250 mil tiendas), y que, de acuerdo con Fenalco, el 56% son propiedad de mujeres que le apostaron a este negocio como una forma de emprendimiento.
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Las tiendas constituidas por mujeres son el vivo ejemplo del tesón y valentía de la mujer colombiana, que está dispuesta a crecer y es recursiva al hacerlo para brindar más a quienes la rodean. Las mujeres tenderas son una muestra de lo que afirma el Global Entrepreneurship Monitor (GEM): en Latinoamérica y en especial en Colombia, las mujeres se vienen destacando por su espíritu emprendedor. Se estima que en los últimos dos años el crecimiento de mujeres emprendedoras en Colombia es cercano al 25%.
Fenalco afirma que el 90% de las tenderas en el país tienen hijos, y que el 64% de ellas son mujeres cabezas de familia. Además, revela que el 70% de las tenderas priorizan la educación de sus hijos y la vivienda familiar como sus metas personales.
Ahora bien, teniendo presente este panorama, valdría la pena proponer o generar programas y políticas que procuren mejorar las condiciones sociales y económicas de las tenderas, que tanta injerencia tienen en el mejoramiento de la calidad de vida, tanto de sus familias como de la sociedad en general. Hace falta pensar en qué más podemos hacer por ellas, entendiéndolas como mujeres negociantes y como una fuerza pujante que brinda oportunidades y que está dando resultados positivos para aportar al bienestar económico y social de un país entero. Hablo de acceso a la bancarización, créditos, seguros, formación en pro del crecimiento de sus negocios, entre otros aspectos, propios de la economía formal.
Desde el año 2015, el Banco Mundial viene haciendo evidente la importancia de las mujeres en el desarrollo de la economía y en especial, la influencia que la participación de ellas en el mercado laboral ha tenido en la reducción de la pobreza. Además, según un estudio de Harvard Business Review, en mercados emergentes, las mujeres reinvierten 90 centavos de dólar por cada dólar adicional de ingreso en la educación, salud y nutrición de sus familias (comparado con un 30-40% que invierten los hombres).
Por tanto, es justo hacer el llamado a la reflexión sobre el papel de la mujer tendera en el país y las oportunidades que existen para ellas. Es definitivo que las que tienen tienda jalonan la economía del país.
Juan Ernesto Parra
Director de Fenaltiendas