Con la convicción de que el país debe promover una economía circular que permita el aprovechamiento y el reciclaje del plástico, el gremio del sector promueve con sus empresas afiliadas una campaña ambiental que incluye un esquema bonos verdes a las comunidades que hagan una disposición correcta de estos materiales.
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Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, explica la estrategia.
¿Qué temas le preocupan al sector?
Podríamos mirar eso en dos líneas. Una, que aborda los temas de competitividad y productividad. En Acoplásticos elaboramos recientemente un documento con 50 recomendaciones de política para impulsar la industria manufacturera en el país que socializamos con el Gobierno y los candidatos presidenciales con el propósito de que estas ideas entren a las agendas de la próxima administración. Hay preocupaciones en el campo de la regulación del mercado laboral, la complejidad del sistema tributario y la mayor promoción de la ciencia, la innovación y la tecnología, el ajuste a los precios de la energía que siguen siendo altos. Una segunda línea de preocupación es de tipo ambiental.
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¿En qué consiste?
Resaltamos nuestra campaña, que lleva unos meses de ejecución y que se llama ‘Dale vida al plástico’, con el eslogan es ‘No es el plástico, eres tú’.
Lo que buscamos es, a través de diferentes proyectos con las comunidades y haciendo difusión, generar mayor conciencia en la ciudadanía sobre la separación de sus residuos.
El plástico ha traído una cantidad de mejoras en la calidad de vida de las personas y eso es innegable.
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El problema que tiene este material, fundamentado en los empaques y envases, es que no se está haciendo una adecuada separación del residuo y que no se está haciendo una recolección apropiada de los materiales para su posterior reciclaje, entonces no estamos avanzando al ritmo que consideramos que debemos avanzar hacia modelos de economía circular para que cierre el ciclo de los productos y que el plástico no acabe en el relleno sanitario y mucho menos en ríos, en mares o en parques.
¿Qué actividades realizan con la campaña?
Trabajamos en redes sociales, tenemos un concurso con el Sena y con la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), estamos buscando espacios de pedagogía en colegios y en eventos masivos como conciertos, festividades locales.
También tenemos en barrios marginados Cali, por ejemplo, con esquema de bonos verdes en el cual si las personas hacen un buen ejercicio de separación de residuos y reciclaje tienen derecho a unos bonos que les dan algunos productos para mejorar sus condiciones de habitabilidad. También estamos preparando una brigada de limpieza de playas en San Andrés.
Se trata de una cantidad de proyectos con los que tratamos de abordar el problema con la ciudadanía y dentro de ese ejercicio generar más reflexión sobre la importancia de separar bien los residuos aprovechables con el fin de que aumenta la tasa de reciclaje que hoy está en un promedio de 7% a 8%.
El reto es importante y todos los actores son fundamentales en la tarea, desde el que diseña el envase hasta la marca que los distribuye, el consumidor que los usa tiene la misión de hacer una separación. Después vienen las autoridades que tienen que hacer una recolección selectiva.
¿Las autoridades están cumpliendo?
En Medellín han tenido avances importantes, pero en el resto del país mucho menos.
¿Cuál ha sido el impacto del impuesto a las bolsas en los puntos de pago de los supermercados?
Van seis meses de la medida y antes de que se empezará a cobrar el impuesto, ya fuera por la conciencia de los consumidores o porque las cadenas se anticiparon al tema, el efecto ya se notaba en la demanda.
El impuesto empezó a regir a mediados del año pasado con $20 como tarifa de la bolsa, desde el primero de enero está en $30.
Clasifico las empresas que fabrican estos productos en tres grupos. El primero corresponde a las empresas formales que solo se dedican a la producción de estas bolsas y diría que el impacto ha sido de una caída en las ventas de 60% a 70%.
Un segundo grupo es el de los informales que le vende a la tienda. Algunos han tenido una caída que se podría estimar del 30%, y el tercer grupo son las empresas que han además de la bolsa hacen otros productos, por lo que la reducción del negocios puede ser del 20%. Así, se podría decir que el mercado está cayendo en cerca de 35% en cuanto a las ventas de bolsas de punto de pago.
El ruido por el impuesto ha generado mayor conciencia en la reutilización y el uso racional. Eso es positivo pero no consideramos que el camino sea la prohibición sino el camino pedagógico que es el que estamos promoviendo nosotros teniendo en cuenta que a lo que tenemos que llegar es a la economía circular.
¿Cómo fue el 2017?
Fue un año difícil, el consumo se frenó y si bien al final del año las cifras empezaron a mejorar, la encuesta mensual manufacturera a noviembre muestra que artículos plásticos en ventas cae 1,7%, por ejemplo.
En Colombia, el 55% del mercado son empaques y envases, 22% son productos para la construcción como tubería y tejas y alrededor del 7% son productos básicos para la agricultura (películas de invernadero, mangueras) y otro 7% corresponde a portafolio institucional que son los baldes, las mesas, sillas. Un 6% son otros productos como juguetes y accesorios para vehículos.
¿Cuánto vale el mercado?
Si sumamos plástico y químico, somos alrededor del 15% del PIB de la industria manufacturera.