Carlos Federico Ruíz es de los pocos empresarios colombianos de la industria del retail que comenzó de cero y que se mantiene vigente con Panamericana, haciendo frente a transformaciones importantes y a fuertes competidores que ha tenido el comercio en los últimos años.
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Justamente, esa fue la poderosa razón para que anoche, en el Club El Nogal de Bogotá, el ejecutivo recibiera el premio Vida y Obra Premios Portafolio 2022, en medio de los aplausos y el reconocimiento del sector empresarial del país.
Con su mano, por más de cinco décadas, ha direccionado el crecimiento de la popular librería y papelería, que con el paso de los años ha extendido su oferta a otras categorías, acorde con las necesidades de los consumidores. No en vano, su mensaje publicitario es “Vaya a la fija a Panamericana” y su eslogan de marca es “El lugar para darse gusto”.
La inquietud de Ruíz por el mundo de los negocios y, particularmente por el de los libros, empieza en 1958 cuando, a los 13 años, ayudaba a su familia a comprar y vender libros usados en el centro de Bogotá, zona en la que todavía se da ese tipo de comercio.
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“Siendo vendedor ambulante durante seis años, tiempo en el que ya era independiente, en la esquina de la carrera décima con calle 16, estuvo su vitrina y centro de operaciones, con dos baúles y cuatro tableros donde exhibía los libros”, reseña la compañía sobre los inicios de la cadena.
En ese momento, el naciente y joven empresario ya identificaba en el mundo editorial y en la atención a los amantes de los libros una oportunidad de desarrollo y un camino por explorar, que con su disciplina y tesón arrojaría sus frutos más adelante.
El primero de junio de 1964, Ruíz abrió su primer establecimiento en el centro de la capital, tras la compra de un local en la Avenida Jiménez con carrera décima, el cual tuvo que adecuar porque antes estaba dedicado a la venta de telas. Lo bautizó con el nombre que lleva hoy y que posteriormente registró. Y poco a poco se fue extendiendo.
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En la década de los setenta, Carlos Federico Ruíz se concentró en consolidar el negocio en la capital colombiana y en agregar los productos de papelería a su oferta.
LA EVOLUCIÓN
Hacia los años 80, el empresario mantuvo su estrategia de expansión en puntos estratégicos de la capital, al tiempo que llegaron a los anaqueles categorías de productos, relacionadas con regalos, expresión social y fiesta, materiales para artes y manualidades.
En la siguiente década, justo cuando la economía del país entraba en la apertura económica, Panamericana introdujo suministros de informática. Después de fortalecerse y ser acogida por los bogotanos, la cadena dio el paso de llegar a otras ciudades del país para adoptar la condición nacional.
Esa decisión trajo otro cambio en el modelo de operación dentro de las tiendas: dejó la tradicional atención en mostrador y adoptó el autoservicio.
También el formato aumentó los metros cuadrados de área de venta, para ofrecer mayor surtido en jugueterÍa, Navidad, hogar, mobiliario y tecnología.
Entre 2010 y 2020, Panamericana siguió la expansión con una docena más de locales, coincidiendo con el crecimiento de la industria de los centros comerciales, montó su tienda virtual y sumó más productos: confitería, bienestar y belleza, productos para mascotas y electrodomésticos. Así, configuró para los colombianos una oferta de literatura, arte, música, decoración y entretenimiento, aparte de los artículos relacionados con educación y oficina.
Hoy en día, Panamericana registra ingresos por $557.932 millones en sus 39 puntos de venta a nivel nacional, incluida su última apertura en el Centro Comercial Ventura Terreros en Soacha, en límites con el sur de Bogotá.
Aparte de su operación virtual, está en ciudades como Neiva, Villavicencio, Barranquilla, Medellín, Cúcuta, Cartagena, Valledupar, Manizales, Pereira, Ibagué, Cali, Montería, Bucaramanga y Santa Marta.
La compañía da empleo a más de 2.000 empleados directos, 300 temporales en promedio y 500 indirectos, lo cual constituye un aporte al progreso del país.
El ecosistema de Panamericana, adicional a la librería y la papelería, lo complementan Panamericana Formas e Impresos, nacida en 1976, otra compañía que es líder en el sector gráfico con tecnología de punta, y un fondo editorial propio (Panamericana Editorial), el cual posee más de 2.300 títulos.
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