La VI Cumbre de las Américas pondrá cara a cara a algunos gobernantes enfrentados por viejos o nuevos conflictos bilaterales, como la argentina Cristina Fernández y el estadounidense Barack Obama.
Ante la ausencia del ecuatoriano Rafael Correa y las dudas sobre la presencia del venezolano Hugo Chávez en la Cumbre que tendrá lugar los días 14 y 15 de abril en Cartagena, la atención se centra en lo que pueda ocurrir entre Cristina Fernández y Barack Obama.
Las relaciones argentino-estadounidenses no atraviesan un buen momento desde hace tiempo y a finales de marzo el Gobierno de Obama echó más leña al fuego con la decisión de suspender temporalmente los beneficios comerciales a Argentina porque “no ha actuado de buena fe”.
La razón es que, el Gobierno de Fernández se niega a pagar las compensaciones por más de 300 millones de dólares que el tribunal de arbitraje del Banco Mundial fijó para dos empresas estadounidenses que perdieron concesiones durante la crisis de 2002 en Argentina.
“La cancelación de las preferencias norteamericanas (...) no es importante por el volumen del dinero en juego, pero tiene la significación del frío político”, escribió recientemente el analista argentino Joaquín Morales Solá en La Nación.
El caso del presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, quien quiere explicar en esta cumbre su propuesta para despenalizar las drogas en un mercado regulado como alternativa a la lucha frontal contra el narcotráfico, es distinto. Sus encontronazos en la cumbre pueden ser con sus colegas de Nicaragua, El Salvador y Honduras, que no respaldan su propuesta e incluso, le dejaron plantados en un reciente encuentro convocado para consensuar una postura común de cara a la Cumbre de Cartagena.
La lucha antidrogas y la posibilidad de incorporar a Cuba a estas cumbres son dos de los temas que estarán sobre la mesa en la Cumbre, al margen de los incluidos en la agenda.
El embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, dijo ayer que su país no le tiene ‘miedo al debate’ y está ‘más que dispuesto’ a discutir en Cartagena de sus políticas en torno a ‘temas controversiales’.
El anfitrión de la cumbre, el colombiano Juan Manuel Santos, señala por su parte que “es hora de acercar” a Estados Unidos y Cuba, y cree que hay que dejar fuera de la discusión sobre cómo enfrentar el problema de las drogas “el contenido de sensibilidad política”.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, decidió no acudir a Cartagena en protesta porque a causa del veto de los países hegemónicos, Cuba no fue invitada, y porque considera inaceptable que en estas cumbres se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las islas Malvinas.
El Gobierno de Bolivia, por el contrario, cree que es mejor ir a Cartagena para “pedir cuentas” a Estados Unidos, así que también genera expectativa lo que puede ocurrir entre el presidente boliviano, Evo Morales, y Obama.
En los últimos días, se han avivado las tensiones entre los gobiernos de Uruguay, Paraguay y Brasil con Argentina, por las restricciones comerciales del último.
EXPECTATIVA POR CHÁVEZ
Otro encuentro en la cumbre que despierta gran expectativa es el que tendrá el venezolano Chávez con Obama, si su salud le permite viajar a Cartagena. Chávez, el invitado a Cartagena que ha asistido a más
cumbres de las Américas, se encuentra desde el sábado en Cuba para seguir con su tratamiento de radioterapia por un cáncer en la zona pélvica que le fue diagnosticado en junio pasado y le ha obligado a pasar por el quirófano en tres ocasiones.
Ni el Gobierno colombiano ni el venezolano han anunciado que Chávez vaya a faltar a la cita, pero su nuevo viaje a Cuba y sus palabras en una ceremonia religiosa pidiendo a Dios que no se lo lleve tan pronto han sembrado la duda.
Chávez es, sin duda, el mayor antagonista de Obama entre los invitados a la Cumbre de Cartagena. En unos de los últimos comentarios públicos que Chávez ha dedicado a Obama, le llamó ‘farsante’ e ‘irresponsable’ por haber manifestado su preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela.