Existen muchos mitos sobre dificultades que tiene el país para hacer que los campesinos colombianos desarrollen proyectos productivos rentables, que les permitan llevar una vida digna, aportar a la economía y eliminar el riesgo de que entren a engrosar las filas de los grupos al margen de la ley.
El programa Emprender Paz, respaldado por la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), la Fundación Konrad Adenauer, la Fundación Social y la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) lleva seis años impulsando proyectos productivos en el campo, estructurados y financiados por el sector privado.
En su propósito de promover el desarrollo rural, Emprender Paz creó dos iniciativas claves para el éxito de la estrategia: El Premio Emprender Paz, cuya convocatoria fue abierta recientemente para la versión 2014, y el Fondo de Innovaciones para la Paz.
Las empresas que apliquen a los recursos del Fondo podrán hacerlo hasta por el 50 por ciento del valor de la iniciativa con un máximo de 100.000 euros, en dos líneas diferentes: Apoyo financiero y de asistencia técnica a proyectos con más de tres años de constitución, e ideas innovadoras.
En sus seis ediciones, el concurso, iniciado en el 2008, ha premiado 24 iniciativas de producción campesina, dedicadas no solamente a actividades agropecuarias, sino al desarrollo de actividades artesanales, microempresariales y de pequeña industria, capacitación, transferencia de tecnología y proyectos de convivencia y reconciliación, que generan ingresos adicionales a las familias o contribuyan a preservar la paz.
Se trata de proyectos sostenibles que cuentan con el apoyo financiero del Fondo de Innovaciones, a fin de que las empresas encuentren un incentivo a sus iniciativas de apoyo a víctimas del conflicto, reinsertados y comunidades vulnerables y con alto riesgo de convertirse en actores de conflictos sociales.
Cada año, Emprender Paz destaca las cuatro iniciativas de mayor impacto en la sociedad rural colombiana, que sean sostenibles, replicables y que involucran de manera significativa a una o varias empresas en la ejecución de los proyectos.
El objetivo de los planes empresariales distinguidos es de la construcción de paz, mediante la creación de oportunidades sostenibles para la población afectada por el conflicto armado o la generación de condiciones favorables para superarlo.