Los efectos de la pandemia sobre el comercio y la economía se notan cada vez con mayor fuerza. Mientras que las autoridades se enfocan en la implementación de medidas sanitarias, las empresas están buscando remedios y tratamientos para hacer frente a los efectos de la pandemia, cuya expansión afectará, o viene afectando gravemente la salud de sus finanzas.
La caída en los precios del petróleo, y la consecuente subida del precio del dólar, han venido afectando significativamente las finanzas de pequeñas, medianas y grandes empresas de diferentes sectores de la economía nacional. Esto ha llevado a los empresarios a acogerse al trámite de reorganización de pasivos en un volumen sin precedentes, con el objetivo de salvar sus empresas.
Hoy en día, observamos al dólar alcanzar máximos históricos y una nueva crisis en los precios del petróleo, pero esta vez tenemos que sumarle negocios cerrados, restricciones en viajes y en comercio internacional, reducción en jornadas de trabajo, cierres de ciudades enteras, incertidumbre generalizada en los mercados y reducción en la oferta de bienes y servicios, contracción generalizada de la demanda, entre los principales efectos que la expansión del coronavirus viene causando sobre la economía global.
Fernando Bustos, director de la firma Bustos y Cía. Consultores, y experto asesor en procesos de insolvencia empresarial explicó: “Cada día recibimos más empresarios preocupados, porque empiezan a sentir o a prever los efectos del coronavirus sobre sus finanzas, y saben que definitivamente tendrán un impacto negativo. Proyectos pospuestos o suspendidos, encarecimiento de insumos y equipos, reducción de visitas de y hacia clientes, disminución en la demanda de productos y servicios, migración intempestiva al teletrabajo, dificultades en las operaciones internacionales y congelamiento de operaciones por incertidumbre, son apenas unos de los caminos con los que la pandemia ha llegado a afectar los flujos de caja y las expectativas de los empresarios. Es posible que el coronavirus mate más empresas que personas en Colombia.”
Las empresas cuentan con una capacidad instalada y una infraestructura física y de gestión preparada para un entorno y un tamaño de los negocios; y si bien, pueden contar con cierta flexibilidad, los cambios súbitos definitivamente traen efectos negativos porque los ajustes son costosos y generalmente requieren de tiempo y de inversiones. Los empresarios deben seguir pagando salarios, impuestos, intereses y amortizaciones a capital de sus obligaciones, arrendamientos, y todos los demás costos y gastos fijos; y adicionalmente, deben cumplir con los contratos en ejecución; de tal forma que un incremento súbito en su estructura de costos o una reducción inesperada de sus negocios causarían fácilmente que la empresa no pueda pagar a tiempo sus obligaciones, generando una situación de insolvencia, a pesar de ser un negocio viable y que se puede recuperar; pero para eso necesita sobrevivir y superar la crisis.
Bustos afirma: “Cuando la empresa, por cualquier razón, no pueda atender sus obligaciones a tiempo, enfrentará altos costos financieros por la mora en los créditos y en los impuestos, además de posibles demandas y embargos sobre cuentas bancarias, contratos y activos productivos, lo que podría extinguir la unidad productiva, causar la pérdida de miles de empleos y de los mismos créditos que, en un proceso de liquidación, difícilmente resultarán satisfechos. Por esta razón, así como las personas lo están haciendo, las compañías deben buscar remedios y tratamientos para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia”
LO QUE SE DEBERÍA HACER
Según el experto en la ley de insolvencia, todo empresario que prevea que enfrentará dificultades para mantener sus gastos, impuestos y créditos al día, debería tener lista la solicitud de inicio del proceso de reorganización de pasivos, como mecanismo para hacer frente a la crisis, proteger los activos productivos, los empleos y recuperar la salud de sus finanzas, evitando así una situación grave que ponga su empresa en peligro de extinción.
“El proceso de reorganización de pasivos es una herramienta eficaz que permite a la empresa recuperarse y salir adelante. Los pagos de obligaciones por impuestos como IVA, renta, ICA, impoconsumo, o por créditos bancarios, o de proveedores, entre otros, quedan suspendidos inmediatamente; y la empresa en reorganización y sus activos productivos estarán protegidos de demandas de cobro ejecutivo o coactivo. De esta forma, la empresa podrá utilizar toda su caja para desarrollar sus planes de negocios para recuperarse y así, sobrevivir a los efectos económicos de la pandemia y salir de la crisis, manteniendo los empleos y la unidad productiva”, explicó Bustos.
En opinión del experto, el Gobierno Nacional y el Banco de la República deben adoptar medidas de choque que den un fuerte impulso a la economía y a la demanda. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Reserva Federal anunció reducción a cero de la tasa de interés para impulsar la economía norteamericana.
Pero en Colombia el Banco de la República tiene como principal objetivo controlar la inflación, por lo cual su no es esperable una reducción tan grande en la tasa de interés.
Desde la presidencia de la república se han anunciado medidas como ampliación del plazo en el pago de parafiscales y también en el IVA, además de una línea de crédito de Bancoldex por $250.000 millones de pesos para empresas afectadas. Pero pensemos en la situación de un comerciante que decidió hacer uso del plazo y conservar los recursos del IVA para financiarse mientras la crisis; y luego, dentro de unos meses, tiene que pagar ese IVA más el nuevo que haya generado, sin que haya tenido suficiente tiempo para recuperar las pérdidas y estabilizar su negocio; entonces enfrentará las altísimas tasas de interés del Estatuto Tributario y una acción penal por el delito de omisión de agente retenedor. En cuanto a la línea de crédito Bancoldex, seguramente terminará beneficiando a los comerciantes con más recursos o menos afectados, ya que se no se tuvo en cuenta que la aprobación de estos créditos la realiza un banco de primer piso, que consulta centrales de riesgo y si el comercio está atrasado en sus pagos le negarán el crédito. En resumen, estos recursos llegarán solo a los comerciantes que no tengan problemas para mantener su crédito al día.
Como una medida preventiva, para evitar la muerte de muchas empresas colombianas por coronavirus, el gobierno debería informar a los empresarios sobre el proceso de reorganización de pasivos como alternativa para conservar la empresa y recuperarse. Muchos comerciantes ni siquiera saben de su existencia o no conocen a fondo sus bondades, ni saben cómo acceder a él; y en la mayoría de los casos, creen en los mitos que se han tejido alrededor del proceso, como por ejemplo, que perderán la administración de sus negocios, o que existen restricciones que les impedirán hacer uso de la herramienta, lo cual no es cierto. Lo recomendable siempre es buscar asesoría especializada a tiempo.