De una o de otra forma, todos somos inversionistas: algunos, aportan a un fondo de pensión obligatoria para financiar las necesidades de la vejez, otros invierten en instrumentos básicos como un CDT, algunos más compran propiedades para renta y otros, con un grado de sofisticación mayor, invierten en activos como acciones.
Pero a pesar de que las inversiones son parte de nuestra vida cotidiana, pocos nos ponemos a pensar en cómo lograr ser un buen inversionista. No es necesario ser experto en todos los temas de inversión ni de portafolios ni de toda una serie de activos para invertir, pero sí existen conceptos claves que, de tenerse en cuenta y dominarlos pueden hacer del proceso de inversión algo muy divertido.
Los principales temas que debe dominar un inversionista son:
1. Los tipos de activos en los que se puede invertir. Pueden ir desde una propiedad hasta acciones (ver recuadro).
2. Riesgos existentes en las inversiones. No son evitables, pero sí controlables. Los hay de varios tipos:
El riesgo de crédito es la probabilidad de que un emisor no pague sus obligaciones. Por ejemplo, en los bonos, aunque el que pidió prestado se compromete a devolver el dinero en cierto tiempo, si enfrenta dificultades financieras puede que no pague. Para disminuirlo es aconsejable diversificar entre diferentes emisores y escoger aquellos de una alta calidad crediticia, es decir, los que muestran mejores cifras y generan una mayor tranquilidad.
El riesgo de mercado: en momentos de alto nerviosismo por crisis económicas o financieras, pueden ser altamente variable y esto se refleja en el precio que se puede obtener por un activo en ese momento. Al contrario, en momentos de crecimiento económico, el precio puede subir y usted recibe un valor mayor por el activo. La clave está en tratar de aprovechar y comprar cuando los precios caen y vender una vez se haya generado una buena utilidad. Erróneamente se piensa que instrumentos como CDT no sufren volatilidad en los precios.
Riesgo de liquidez: puede que haya instantes en que se necesita mayor efectivo del disponible. ¿Es su inversión fácilmente monetizable llegado un momento como ese? Si la respuesta es que no, la misma tiene un riesgo de liquidez mayor que, por ejemplo, una cartera colectiva.
3. El tiempo recomendado para una inversión. No existe una respuesta única, pues cada inversionista tiene un objetivo diferente con su portafolio. Sin embargo, en términos sencillos, las inversiones pueden ser de corto, mediano o largo plazo. Si se está ahorrando para vacaciones, se debe pensar en corto plazo (cerca de 1 año), pero si es para financiar la universidad de un hijo recién nacido, es a largo plazo (más de 10 años). Tener claro el tiempo de la inversión es importante, porque entre más largo el horizonte, más agresiva puede ser la estrategia.
4. Consejos finales: diversifique entre activos, monedas, países, etc. Escoja un administrador sólido y con experiencia comprobada. Buscar una plataforma de inversiones amplia y diversificada ayuda a contrarrestar de mejor manera la turbulencia de los mercados.
Principales activos en el mercado
* Acciones: representan una participación pro-
porcional sobre la propiedad de una firma.
* Bonos: son certificados emitidos por el Gobier- no, entidades financie-
ras o compañías para financiarse. En su forma más básica, un bono es un préstamo que usted le hace al emisor del título, el cual se compromete a pagarle el capital en cierto tiempo y con intereses que se denominan cupones.
* Efectivo: así se consideran las cuentas de ahorro tradicionales, CDT e instrumentos líquidos de corto plazo que generan poco retorno.
Inversiones alternativas y no tradicionales: hay una amplia gama, como inmuebles, bienes básicos o fondos de capital privado.