Colombia ha probado que puede atraer inversión para el sector minero con altos precios, y ahora el reto es demostrar que puede hacerlo también con bajas cotizaciones. Esta es la opinión del líder global de minería y metales de Ernst&Young, Mike Elliott, encargado de la primera conferencia del Congreso de la Asociación Colombiana de Minería, ACM, que se inaugura hoy en Cartagena.
Antes de su viaje, Elliott habló con Portafolio sobre su visión de la coyuntura actual del sector minero y su balance sobre Colombia.
Ve en el corto plazo una reducción en la volatilidad en los precios de los minerales
Depende del mineral, pero la expectativa es que aún tendremos cierto nivel de volatilidad. Por ejemplo, en el cobre pronto habrá una reducción de la oferta, probablemente el próximo año o el siguiente, que significa que el precio subirá nuevamente. Pero creemos que quedan al menos dos años de volatilidad.
Pero la industria está acostumbrada a la volatilidad...
No en realidad, duramos diez años en un ‘superciclo’ en el que los precios estuvieron estables. Un ciclo solía ser más regular, pero el impacto de China en la demanda ha hecho que este haya sido más largo, y por lo tanto la caída es mayor, la volatilidad, en este caso.
Cuando vemos unas caídas de este nivel, es lógico pensar que antes las empresas estaban ganando demasiado dinero. ¿Se podría decir que el precio de ahora es más ajustado a la realidad, a los costos?
El precio necesariamente estimula la oferta y permite que la oferta costosa se mantenga por más tiempo, grados más bajos de material pueden ser producidos. Así que es difícil decir si era justo o no. Pero desde el punto de vista del inversionista es cierto que estaban acostumbrados a que las compañías produjeran altas ganancias, esto estimuló a más personas a invertir. Ahora tienen que compensar esto tratando de incrementar las ganancias a corto plazo, a pesar de lo que esto pueda significar en el largo plazo, lo que en general no es bueno.
¿Qué clase de proyectos podrían ser estimulados por esta nueva mentalidad ‘cortoplacista’?
De hecho el mercado está reacio a hacer nuevas inversiones. Lo que quieren es su dinero de vuelta, ganancias. Así que lo que se está haciendo es tratando de aumentar la producción para incrementar las ganancias.
¿Qué otros efectos ha dejado este superciclo de precios?
Está lo que llamamos ‘nacionalización de recursos’, es decir, los gobiernos alrededor del mundo estructuraron ajustes fiscales con base en las expectativas del sector minero, y esto es algo que debemos evaluar ahora. Porque si salimos del ‘superciclo’, los impuestos y las regalías deberían bajar como el precio. Esto también influye en las expectativas de los grupos de interés, de las comunidades. Como las compañías mineras estaban produciendo más dinero años atrás, entonces podían costear grandes inversiones que hoy, con los flujos de caja actuales, no se pueden asumir. Entonces, necesariamente hay que reducir la expectativa.
Pero es muy complejo reducir estos aportes, nadie quiere recibir menos…
Eso es cierto, pero es que debe reconocerse la actual capacidad de pago de las empresas. Las expectativas se han puesto muy altas, hay que moderar las exigencias.
Tiene algún ejemplo, de cómo están haciendo esto en otros países…
Sí, hay diversas reacciones. Por un lado hay quienes piensan que como tienen menos ingresos por regalías provenientes del sector, tienen que aumentar los impuestos para recuperar lo que no están recibiendo.
Como ha pasado en Colombia...
Y en muchos otros lugares en el mundo. Pero también hay países que van en la dirección opuesta, para atraer nuevos inversionistas. La pregunta es: ¿vas a ordeñar la vaca que ya tienes, ya que no va a ir a ningún lado, o estás buscando de hecho conseguir más vacas para tu rebaño?
¿Esto significa que, según su punto de vista, si queremos atraer inversión minera tenemos que bajar los impuestos?
La regulación de impuestos tiene que asumir la nueva realidad de precios y de inversiones que está afrontando la minería a nivel internacional. Todo lo que pueda hacerse para mejorar el retorno o disminuir el riesgo de estos inversionistas será algo positivo.
¿Cuál podría ser el mayor reto para Colombia si quiere desarrollar más las reservas de minerales que tiene?
En Colombia, dado que hablamos en la mayoría de nuevos desarrollos, nos referimos a una actividad intensiva en capital. Así que, por definición, el país requiere de inversión extranjera para desarrollar sus recursos minerales. Luego, no solo se trata de atraer empresas mineras, se trata de apoyar también el financiamiento de proyectos particulares, atrayendo a la banca internacional o estimulando el mercado de capitales. También tiene que mejorarse la percepción de Colombia.
¿Cuál es su perspectiva con respecto al futuro del sector en Colombia?
Yo soy bien positivo con respecto al potencial de Colombia en los próximos cinco o seis años, creo que el mercado está contando con el país. La diferencia, con respecto a otros años, es que antes, con los altos precios las empresas estaban más dispuestas a asumir altos riesgos. Esto ha cambiado. Estamos en un punto bajo del ciclo, aunque volverá a repuntar. Colombia ya ha probado que puede atraer inversiones en un ciclo de precios altos, pero necesita crear un clima de inversión bueno también en un ciclo de bajos precios y no creo que esté en este punto aún.
LO QUE NOS DEJÓ EL ‘SUPERCICLO’
De acuerdo con EY, el largo ciclo de precios altos de los minerales dejó a la industria seis legados con los que deberá lidiar en esta nueva etapa de bajas cotizaciones.
1. Una alta volatilidad: después de un periodo de una década de precios altos de los minerales, la volatilidad se ha vuelto el pan de cada día y, según EY, podría mantenerse hasta por dos años más.
2. Inversión: Los bajos precios hacen al sector menos atractivo para cierto tipo de inversionistas que quieren ver retornos en el corto plazo.
3. El ojo en el margen: El enfoque de las empresas mineras en la actual coyuntura está puesto en el margen de rentabilidad, cuántos dólares se sacan por tonelada, onza o libra de mineral.
4. El mercadeo cobra importancia: Ahora las empresas le dedican más tiempo a estudiar cómo pueden hacer su producto de mejor calidad o más atractivo para clientes particulares.
5. Menos capacidad: Las empresas tienen menos flujo de caja para atender los requerimientos que Gobiernos y comunidades empezaron a exigir cuando había un ciclo de precios altos.
6. Creación de productos sustitutos: ante el alto precio de los minerales, se han sustituido productos como el carbón, por el gas, y el cobre, por el aluminio, gracias a nuevas investigaciones que han permitido esto.
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