Las empresas que se presenten como importadoras a la Dian para obtener el Registro Único Tributario (RUT) tendrán que demostrar que realmente ejercen esta actividad y que tienen una historia comercial que los acredite como tales.
Para muchas de ellas, conseguir ese documento no va a ser tan fácil como hasta hoy y que es lo que les ha permitido anotarle goles a la autoridad tributaria y aduanera subfacturando importaciones y/o con contrabando técnico.
En el Ministerio de Hacienda ya reposa un pulido proyecto de decreto que “hará más difícil ‘entrar’ al RUT y más fácil su salida”, dijo el director nacional de Aduanas, Bernardo Escobar.
Ese endurecimiento normativo, dijo, busca evitar que se creen tan fácilmente empresas de papel y que después, cuando son requeridas para diferentes diligencias, la Dian no pueda ubicarlas.
Escobar señaló que “se nos están registrando en el RUT personas con calidad de importadoras, a las que no se les ha verificado si el domicilio es o no el que reportan, qué trayectoria comercial y financiera tienen”, lo que ha dado lugar a que, como indicó recientemente el director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, en solo Cúcuta operaran alrededor de 500 Sociedades de Intermediación Aduanera (SIA) fantasmas.
Sin el RUT, una empresa no puede funcionar.
El proyecto de decreto es más exigente con los requisitos para obtenerlo, manifestó Escobar: que el o los solicitantes tengan cuenta corriente o de ahorros o una tarjeta de crédito, que estén bancarizados por lo menos para saber que existen comercialmente. Además, a las empresas se les confirmará el domicilio y su actividad económica que señale en el documento mencionado.
Refiriéndose al sector del calzado, comentó el director de Aduanas, se han creado empresas importadoras que luego desaparecen muy rápidamente “y cuando vamos a ponerles la sanción, ya no existen”.
Con otras herramientas, dijo, han logrado identificar que la subfacturación a precios muy bajos en calzado se circunscribe a cinco o seis importadores, ya detectados y que desde marzo han comenzado a frenarlos, que se constituyeron como usuarios aduaneros permanentes para operar más fácilmente, algunos con documentos falsos, y los que ya han denunciado penalmente.