Así como en el mundo, en Colombia también se viene presentando una tendencia de las mujeres por el cambio hacia productos más sostenibles para su higiene femenina. Tal condición ha hecho, incluso, que marcas tradicionales incursionen en ellos.
(El 21% de mujeres dependen económicamente de su pareja).
Este es el caso de Nosotras, la compañía que participa con un 67% del marcado en país, y que recientemente lanzó unos panties absorbentes, que se pueden lavar y reutilizar.
“Según el estudio al consumidor Conecta 2019, hoy las mujeres buscan un producto para su periodo que les garantice no tener accidentes, que sea práctico, amigable con el medio ambiente y reutilizable”, aseguró Carolina Restrepo, directora de desarrollo de marca del Grupo Familia.
(Coronavirus amenaza la carrera laboral de las mujeres).
Tal conciencia y apropiación de estos temas, ha puesto en la opinión pública importantes debates. De hecho, en el año 2016, mediante el movimiento Menstruación Libre de Impuestos, un grupo de mujeres lograron que los tampones y toallas higiénicas se convirtieran en elementos exentos de IVA, poniendo a Colombia como el primer país de la región en implementar este tipo de medidas.
“Para el año 2015 estos productos pagaban un IVA del 16%, la tarifa plena que es única para los artículos de lujo, enviando un mensaje erróneo de que menstruar era un lujo”, resaltó Natalia Moreno, una de las impulsoras de la iniciativa.
Si bien las copas menstruales no se incluyeron allí, actualmente, la Corte Constitucional analiza una demanda que busca tenerlas en cuenta en este grupo.
De acuerdo con Juan Carlos Castro, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Cosmética, Aseo y Absorbentes de la Andi, este mercado cerró el 2019 US$1.188 millones, de los cuales el 28,6% son artículos de protección íntima femenina, con un valor de US$242 millones. Los datos son exclusivos de toallas y tampones pues “las copas menstruales son nuevos en el mercado, actualmente no se les exige registros o notificaciones sanitarias”, agregó.
Pero pese al vacío de datos es innegable el dinamismo de la comercialización de estos productos, pues emprendimientos como Flowfem, creado por Gabriela Rivera Díaz hace 5 años, vende en la actualidad 200 copas al mes.
“Las mujeres estamos reevaluando la forma en la que consumimos. Una copa tiene una duración de 10 años mientras que las toallas higiénicas y tampones tardan 300 años en descomponerse”, aseguró.
Es por esto que marcas tradicionales como Kimberly-Clark ratifican su compromiso en ese sentido. “Hemos llevado a cabo una serie de acciones que minimizan el impacto ambiental: el 100% de nuestra fibra está certificada y nos enfocamos en expandir el liderazgo en esta área”, finalizó Adriana Sosa, Marketing Manager de Cuidado Femenino de la marca para el Norte de Latinoamérica.
María Camila Pérez Godoy