Si hay algo que atrae a los viajeros actuales es la experiencia que puedan vivir en los diferentes destinos. Y en esto tiene que ver el intercambio cultural tanto con los locales de los sitios que visitan, como con los extranjeros.
Precisamente, esta es la apuesta de Viajero Hostels, una compañía que nació en Uruguay y encontró en Colombia la clave de su expansión. Compartir una habitación con personas de otros países a las que nunca se había visto, tener un trato cercano con los recepcionistas y disfrutar de experiencias con los demás turistas a tarifas cómodas es la carta de presentación de Viajero.
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“Iniciamos en 2005 con un hostal en Montevideo, luego abrimos siete en los siguientes cuatro años en Uruguay (...), y en el 2010 abrimos el primero en Colombia, que es el de Cartagena”, asegura Federico Lavagna, CEO de la empresa.
El gerente destaca el crecimiento de la firma, que actualmente tiene cinco propiedades en Uruguay y cinco en Colombia. En el ámbito local, los hospedajes se encuentran en Cartagena, San Andrés, Cali, Salento y Tayrona. Pero no es todo, pues a final de año, dice Lavagna, habrá más aperturas: “En dos meses abrimos Santa Marta; para octubre estaremos operando en Buenos Aires y para diciembre llegaremos a Medellín”, afirmó.
Que un emprendimiento nacido en el sur del continente haya llegado al país para hacer más fuerte su marca no deja de llamar la atención, y esto se debe, según Lavagna, a que en 2009, luego de una investigación para expandir Viajero Hostels, encontrara información sobre Colombia como la nueva tendencia de los jóvenes turistas y ‘mochileros’ en general.
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“Me pongo a investigar y encuentro que Colombia es el nuevo destino de Sudamérica donde está empezando a haber mucha demanda y había poca oferta”, comenta. “Quería buscar un país que estuviera en pleno auge a nivel de turismo, no uno que ya estuviera maduro y competitivo”, agrega.
LOS NÚMEROS
Luego de todo ese proceso, el siguiente paso fue consolidar los diferentes hostales en el país con el factor diferencial de la experiencia para los huéspedes.
Toda la vivencia empieza por unas tarifas que varían dependiendo de la temporada del año y el destino. Las más económicas son las de destinos que no son de costa como Cali y Salento, “cuya tarifa de habitación en temporada baja puede estar cercana a los $33.000 y $35.000 (por noche), y en temporada alta sube a $50.000”, según Lavagna.
En los sitios costeros, como Cartagena, Tayrona o San Andrés, “la tarifa en temporada baja está en torno a los $50.000 y en temporada alta puede llegar a los $90.000 en habitación compartida. Los cuartos privados en esos destinos pueden llegar en temporada baja a los $200.000 y en temporada alta a los $400.000”, añade el CEO.
El hostal más pequeño es el de Cali, con 80 camas y el más grande es el de Cartagena, con 150 camas. Pero el que se abrirá en Santa Marta, “va a tener cerca de 200”, al igual que los que tendrán apertura en el futuro.
Es tal la atracción de los huéspedes por interactuar con otras personas, que en Viajero pasa algo singular: “Dos tercios de nuestras habitaciones son privadas (...) pero, en cuanto alojamiento la tendencia de las personas es inversa; dos tercios de los huéspedes se alojan en habitaciones compartidas y un tercio en habitaciones privadas”, afirma Federico Lavagna.
Argentinos, brasileños, alemanes, y holandeses son algunas de las nacionalidades más frecuentes que llegan a los hostales, donde pueden disfrutar de clases de salsa, yoga y música en vivo.