La ansiedad lo estaba matando. Justo, en dos horas, Federico Gutiérrez, el alcalde electo de la ciudad, lo anunciaría como el nuevo gerente de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), la quinta mejor compañía de Colombia. Dejó su oficina y se fue a su casa en el alto de Las Palmas. “¿Qué me pongo a hacer?”, se preguntó.
Entonces fue a buscar su tiple y se puso a tocar guabinas y pasillos. Eso lo calmó. Dejaba de ser presidente de Invamer y se montaría en el potro de EPM, una empresa que en 2015 tuvo un presupuesto de 9,6 billones de pesos, 14 veces lo que costó el tranvía de Ayacucho.
Pero Londoño no le tiene miedo a los caballos briosos. Preside la junta de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos Colombianos de Silla y en una semana competirá con un ejemplar en el mundial de paso fino en República Dominicana.
Pese a estar acostumbrado a mantener el control de los animales que monta, a este ingeniero de sistemas de Eafit lo tomó por sorpresa el ofrecimiento de Gutiérrez. Solo se conocían porque Gutiérrez había contratado estudios de opinión pública y de necesidades de la ciudad durante sus dos campañas a la alcaldía. Se reunieron unas cuantas veces, y Gutiérrez supo que Londoño, de 50 años, casado hace 23 y padre de dos hijas, era el jinete para ese cargo.
“He estado 27 años en el sector privado. Pasar ahora al sector público es todo un cuento profesional, familiar. Estuve estudiando todas las aristas estas dos semanas y este miércoles le dije que estaba listo”, cuenta.
El legado que dejó Londoño no fue poca cosa. Hace 15 años, en conjunto con Fedesarrollo, creó el Índice de Confianza del Consumidor. Estos informes se volvieron materiales académicos, tanto que Londoño ha sido invitado a la Universidad de Florida, a La Sorbona de París y a la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres.
Incluso, sus publicaciones sobre el bienestar subjetivo y el desarrollo humano fueron utilizadas por Daniel Kahneman, premio nobel de Economía en el 2002.
“Es un honor muy grande –asegura– delegarme el manejo de esta empresa. Estoy en la madurez de mi vida profesional”.
En la segunda semana de enero, cuando la junta directiva ratifique su nombramiento, deberá lidiar con el primer problema de su gestión: el Niño.
Por ello pidió el apoyo de la ciudadanía y anunció que se revisarán los planteamientos de la compañía sobre el recurso hídrico.
Pretende contemplar, cómo no, las metas financieras y técnicas, pero quiere que los rendimientos tengan un impacto social.
“Hay muchas regiones que no tienen acueducto y alcantarillado, recolección de basuras, ni gas; ahí hay una oportunidad de negocio”.
Frente al temor de la opinión pública de que EPM sea privatizado por sus buenos rendimientos financieros, fue contundente. “Es la joya de la corona y en ningún momento se va a pensar en llevar capitales de EPM al sector privado, sino que todo sea para el beneficio de la comunidad”.
Medellín