Cada vez son más las compañías nacionales que hacen parte del Sistema B, una comunidad internacional que reúne a todas las empresas que apuestan por alinear sus objetivos de negocio con la solución de problemas sociales o ambientales.
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A la fecha, un total de 80 de ellas están catalogadas oficialmente como empresas B, es decir, aquellas que no solo persiguen el beneficio económico sino también generan impacto positivo en la comunidad y el entorno natural.
La cifra, revelada por el Sistema B Colombia, evidencia un incremento de casi 30% con relación a las compañías clasificadas en marzo del 2021, cuando solo habían 62.
“El movimiento B creció en el país a pesar de la pandemia. Y es que entender el sentido del éxito en los negocios más allá de lo financiero es una apuesta hacia un mundo sostenible, regenerativo y equitativo. Y eso lo vimos en la crisis sanitaria, cuando, dentro de todo lo mal que les fue a las empresas, a las B les fue menos mal porque el consumidor no las abandonó, como tampoco lo hicieron los colaboradores. Es que la gente siguió creyendo en ellas”, señala Camilo Ramírez, director ejecutivo de Sistema B, Colombia.
Según la organización, hoy existen en el mundo 5.065 empresas B, mientras que en Latinoamérica ese número llega a las 865. Hace un año se hablaba de 687 en el continente y 3.894 en el planeta.
El sistema B, que nació en Estados Unidos en el 2006 y a Colombia llegó en el 2014, ha logrado integrar empresarios, académicos, organizaciones, gobiernos y líderes de opinión en la construcción de una nueva economía.
“¿Qué sentido tiene una empresa que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera inequidad creciente, acaba el agua y otros recursos de la tierra, profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas?”, se cuestiona Ramírez.
De allí su propuesta acerca de crear valor integral para el mundo, promoviendo formas de organización económica que puedan ser medidas desde el bienestar de las personas, las sociedades y el planeta, de forma simultánea y con consideraciones de corto y largo plazo.
“Hoy, de forma frecuente, las empresas cuestionan su rol en la sociedad y los consumidores. Cuestionan la relación con el planeta, demandando prácticas más conscientes y transparentes. Consumir ya no es algo que pueda hacerse de manera impulsiva y desmedida, se ha convertido en una forma de replantear nuestro lugar en el mundo, escribiendo una historia diferente como sociedad y comprometiéndose con un futuro en el que la sostenibilidad, la dignidad y la justicia sean parte de la ecuación”, agrega el directivo.
A la lista de empresas del Sistema B que han logrado la certificación se han unido firmas colombianas como Juan Valdez, que adelanta hoy programas inclusivos como el de Mujeres Cafeteras, que busca visibilizarlas y promover la equidad de género en la siembra de café.
“Así como desde Juan Valdez nos inspiramos en las casi sesenta empresas que nos predecían antes de certificarnos, así invitamos a otras para que empiecen el camino”, advierte María Camila López, gerente de Sostenibilidad de Procafecol.
También, hay empresas como Corazón de Niño, que ofrece momentos mágicos de bien-estar para que los integrantes de una organización compartan un espacio de consciencia.
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“El Movimiento B incluye acciones reales que generan un impacto positivo en lo económico, social, ambiental y cultural”, afirma Jorge Iván Giraldo, gerente de Emociones de la compañía.
“Creemos que un mundo mejor es posible. Creemos en el futuro y creemos también en la gente. Estamos convencidos que trabajando unidos podemos encontrar la solución a muchos de los problemas que, con el consumismo, la industrialización y la tecnología hemos creado”, afirma María Teresa González, gerente general de Terramarte, emprendimiento que ingresó al Sistema B y que está dedicado a la elaboración de bolsas ecológicas en fibras naturales, poliéster y polipropileno, reutilizables y de papelería.
“Invito a las organizaciones para acompañarnos, porque el mundo ya no nos da tiempo”, concluye a su vez José Manuel Suso, CEO de Arroz Blanquita, una empresa más del Sistema B.
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