Las instituciones educativas se enfrentan a cambios inminentes sobre la metodología en clase tras la pandemia. La Universidad de los Andes no es la excepción. Eduardo Behrentz, su vicerrector Administrativo y Financiero, explica cómo debe ser esta transición.
(Universidad de Los Andes volverá a la presencialidad en 2022).
¿Qué retos supone la presencialidad para la Uniandes?
Lo primero es que la pandemia nos mostró las dos caras de la tecnología. Primero que es un complemento y llegó para quedarse pero, al mismo tiempo, comprobamos que era necesario saber cómo utilizarla. Por ejemplo, en el pregrado, si nosotros queremos usar una metodología semipresencial, esta tiene unos condicionantes y características muy especiales porque no es simplemente transmitir a través de una plataforma.
¿Cómo debería ser entonces el uso de la tecnología?
Es necesario reformar los contenidos y elaborar una manera distinta de evaluar. La instrucción netamente virtual no es para los pregrados, porque las necesidades de las personas de esas edades son diferentes, requieren de la presencialidad o semipresencialidad.
Yo creo que se pueden combinar lo mejor de los dos mundos, pero a través de una reforma pedagógica y de nuevos métodos por parte de los docentes.
¿Cómo afectó la pandemia a las matriculas de los Andes?
En la Universidad no hemos sufrido de una disminución muy grande en el número total de matriculados. La institución tiene unos 14.100 estudiantes de pregrado, y esta cifra ha estado relativamente constante durante los últimos años.
(La Universidad de los Andes lanza programa de formación judicial).
Desde esa perspectiva no hemos tenido consecuencias económicas por la pandemia. Sí ha dejado subir. Hoy en día está estabilizado. Ahora, para haber logrado eso, la Universidad tuvo que hacer un esfuerzo enorme. Ampliamos los programas de becas, los auxilios financieros. En el 2020 y en el 2021, dimos algunos descuentos. Teníamos una figura que se llamaba el bono solidario, para aquellos que solicitaran un alivio económico.
¿Y cómo ha sido el comportamiento en los posgrados?
En posgrados es un poco distinto, porque en ese sentido, la universidad tiene un compromiso especial. Nosotros tenemos un instrumento de planificación de corto a mediano plazo, que se llama el PDI, Programa de Desarrollo Integral de la Universidad, que está diseñado para 5 años.
De hecho, estamos en la versión 2020- 2025, que reúne una apuesta por la educación virtual.
Nosotros tenemos como objetivo que se aumenten los programas de posgrado virtuales y también el número de sus estudiantes.
En la Universidad hay más o menos unos 3.000 estudiantes de posgrado y la idea es crecer en varios miles, de aquí a que termine el quinquenio, y que correspondan a programas virtuales.
¿Qué sucedió con las donaciones en 2020?
El año 2020 fue un año récord en donaciones, estuvimos cerca de los 30.000 millones de pesos en donaciones entregadas a la universidad. Eso sigue siendo así. El ritmo de crecimiento de las donaciones no se ha afectado por la pandemia.
Por supuesto, nos ha tocado doblar esfuerzos, ser innovadores en las iniciativas, trabajar con socios como lo que hemos hecho con la W Radio.
¿Cómo conseguir este crecimiento?
Una cosa que hicimos fue diseñar nuevas becas enfocadas en la pandemia, con el programa de ‘Vamos pa lante’, para que la situación no generara deserción.
Nosotros nos entendemos como una de las organizaciones que más donaciones recibe en Colombia durante un año, pero creemos que tenemos que seguir creciendo.
Las necesidades de la Universidad son mucho más grandes que las cifras que acabo de decir, queremos dar más becas, y tener más oportunidades de financiar investigación.
¿Cuáles son los principales donantes?
El 95% son egresados de la universidad. La gran mayoría son personas que tienen empatía, agradecimiento por la institución. Nosotros tenemos una pirámide de donaciones, y las personas están en el centro, los demás son empresarios u organizaciones.
¿Cuál es el impacto de este programa?
El renglón más importante en los impactos son las becas en pregrado, y algunas en posgrados. El segundo serían las investigaciones y por último está la infraestructura.
¿Qué inversiones harán en infraestructura?
Una de nuestras inversiones será mejorar la conectividad para que los usuarios no tengan problemas con este recurso. La otra es generar un espacio para que los estudiantes accedan a una clase inversa, en el que el salón de clase se convierta en un espacio de discusión.
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