Venezuela pasó de ser uno de los países más ricos de la región a quedar al borde de la quiebra económica. ¿Cómo llegó a ese punto? Eso lo explicó a Portafolio, en entrevista telefónica desde Caracas, Luis Vicente León, analista que lleva más de 25 años como encuestador en el vecino país, desde la empresa de consultoría e investigación de mercado Datanalisis, de la cual es uno de los directores.
A juicio de León, la crisis en Venezuela no se debe a la caída de los precios del petróleo de más de 100 dólares por barril a menos de 50.
“La crisis ya estaba ahí”, asegura, al explicar que la coyuntura petrolera lo que ha hecho es acentuar el problema, porque cogió al vecino país “sin reservas internacionales, sin inversiones, sin confianza”.
¿Cómo llegó Venezuela a esta situación?
La crisis no es porque cayó el precio del petróleo. Nosotros estábamos en crisis con un precio del petróleo a 100 dólares por barril. La crisis estaba ahí por el modelo de control cambiario y el modelo de control de precios.
¿Cómo explicar esa crisis?
El Gobierno creó unos tipos de cambios múltiples, y comenzó a asignar divisas baratas a algunos sectores. Eso hiperestimuló la demanda de importaciones y desestimuló la producción interna. El país terminó maltrecho, sin reservas internacionales. Luego, trató de cortar las entregas de divisas, al incorporar la discrecionalidad en la entrega. Con eso, se hicieron ricos los intermediarios, no solo los chavistas, sino todo el que fue capaz de conseguir que le dieran las divisas o que pagaba para que se las dieran. Con eso se estimuló la corrupción. Tanto que hoy la diferencia es más de 3.000 por ciento. Estamos hablando de 6,5 bolívares por dólar oficial contra 180 bolívares por dólar paralelo.
¿Qué papel jugó la petrolera Pdvsa?
Pdvsa, que es el que genera las divisas (96 % de los ingresos fiscales provienen de la renta petrolera) las vendía baratas (a 6,30 bolívares por dólar), a cambio, recibía bolívares ridículamente bajos, mientras que sus costos se disparaban al ritmo de la inflación. No alcanzaban los bolívares. Cuando eso ocurría, Pdvsa era financiado por el Banco Central de Venezuela, a través de dinero inorgánico.
Se expandió la cantidad de dinero, sin que hubiera ni bienes ni servicios en el país. Y el resultado fue inflación y desabastecimiento. Esa era la crisis que ya estaba dibujada. Estaba ahí todo el año 2014.
El problema es que llega la crisis petrolera sin reservas, sin productividad, sin inversiones, sin confianza.
¿Es cierto que hay una guerra económica?
El Gobierno tiene razón cuando dice que hay un problema de contrabando de extracción, que hay problema de especulación, que hay un mal uso de los recursos que entregan a 6,30 bolívares, que no les llegan al pueblo. Esos elementos que definen la guerra económica son ciertos. El tema es que son consecuencias no causas. No hay ningún comando antirrevolucionario dirigido por Uribe (el expresidente de Colombia) que quiera tumbar a Maduro. Eso no es una guerra económica, eso es una consecuencia de una distorsión económica en Venezuela.
¿El financiamiento chino de 20.000 millones de dólares resolverá la crisis?
Eso ayuda, pero no resuelve el problema de fondo. Lo que hace es amplificar el problema a futuro.
Tiene que haber cambios profundos si se quiere resolver la crisis. Ir a buscar plata a China no es malo. Lo malo es que se busque la plata y no se solucione el problema fundamental.
¿Maduro lo ha hecho todo mal?
Es injusto decir que no ha hecho nada bueno. El Gobierno en estos dos años ha dicho varias veces que hay que buscar un mecanismo cambiario distinto y tratar de encaminar hacia una unificación cambiaria y que el tipo de cambio tal como está no permite la salud económica. También ha dicho que era indispensable el incremento del precio de la gasolina, que es un subsidio perverso. Ha dicho que es indispensable negociar con el sector privado para garantizar el abastecimiento y ha hablado de la incapacidad de las empresas públicas. Eso no lo han dicho ni los neoliberales ni los imperialistas.
¿Si lo ha dicho, por qué no han hecho los cambios?
Porque está preso. Reconoce la necesidad del cambio, pero está preso de sus propios radicales (que plantean expropiar las importaciones por parte del Estado y hacer irrelevante el tipo de cambio) y la comodidad de no tomar decisiones porque son costosas en términos de popularidad. No se sale de una crisis sin pagar por eso.
SABEN QUE EL PAÍS ESTÁ MAL, PERO SE RESISTEN A LOS CAMBIOS
Según datos recogidos por la encuestadora Datanalisis, la mayoría de los venezolanos (86 %) percibe que hay una crisis severa en Venezuela. El 83 % cree que el modelo tiene que cambiarse. “El problema es que la gente no entiende qué es el modelo. La mayoría dice que no sabe qué se está haciendo, pero lo que sea no está funcionando”. Sin embargo, cuando se les pregunta a los venezolanos si están de acuerdo con que el Gobierno devalúe para resolver la crisis, más del 80 % dice que no está de acuerdo, y más del 70 % está en contra del incremento del precio de la gasolina.
Y si les preguntan sobre el incremento de los bienes esenciales, también lo rechazan.
La popularidad del presidente Nicolás Maduro al 2 de enero del 2015 había caído a 22 %, la más baja desde que el chavismo tomó el poder en 1999. El oficialismo podría perder control del parlamento, en las elecciones previstas para mediados de este año.
María Victoria Cristancho
Subeditora
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