Apenas el 0,6% de los empresarios e industriales colombianos contratan seguros de crédito no financiero para sus mercancías y estas pueden tener incluso mas riesgos que otros activos.
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Y es que dichos riesgos comienzan desde que se hacen los despachos y están relacionados con accidentes, robo, terrorismo, fraude, mal uso o el no pago de facturas que pueden ir hasta los 180 días de plazo.
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“A veces las empresas se quiebran por las cuentas por cobrar” que nunca se pagan y en las que incluso puede haber un riesgo político cuando unas exportaciones llegan a un país donde el sistema político cambia las reglas del juego, cierran fronteras o expropian, como sucedió en su momento con Venezuela, dice Álvaro Mora, CEO de Bonds and Credit, una agencia de seguros con énfasis en el ramo de seguro de crédito.
La firma, con 13 años en el mercado, es miembro de la red ICBA (International Credit Brokers Alliance) y estructura pólizas de seguro de crédito en diversos sectores como tecnología, alimentos, construcción, plásticos, farmacéutico y autopartes, entre otros.
El ejecutivo dice que básicamente lo que hace la compañía es “proteger de que el comprador le deje de pagar a nuestro cliente por insolvencia, quiebra o sencillamente porque se oculten o no quieran pagar.
En la actualidad esta actividad es relevante pues con la crisis que está afrontando Colombia, muchas empresas van a desaparecer o en el mejor de los casos entren en proceso de reestructuración.
Mora recuerda que Colombia es un país con una baja cobertura de seguros, pero adicionalmente los empresarios protegen otros activos de la compañía y sus bienes personales, pero no las mercancías, que son el corazón del negocio y cuyas ventas les permiten seguir funcionando.
El CEO de Bonds and Credit advierte que el negocio no se queda solo en asegurar mercancías, puesto que al clientes se le hace un proceso de gestión de los riesgos de sus clientes con análisis de bases de datos, score (puntaje) de crédito para realizar un ejercicio preventivo del negocio con seguimiento permanente de cuál es la evolución de los sectores donde están los clientes que toman las pólizas.
“Somos custodios de pago, más que un seguro”, afirma Mora.
El seguro empaqueta otros beneficios pues se puede acceder a liquidez al vender las facturas en el sistema de factoring, se acompaña en la cobranza, incluso en cualquier parte del mundo e incluso se puede hacer análisis de riesgo de lavado.
Esta actividad nació en Inglaterra en 1875 y en Colombia comenzó hace 25 años y mueve al año US$30 millones al año. En Chile llega a los US$98 millones.