Hasta ahora, la mayoría de las empresas que ingresan al naciente mercado del cannabis medicinal del país han publicado planes de inversión que en promedio están entre los 20 y 40 millones de dólares; sin embargo ayer una nueva compañía, Canopy Growth, anunció su llegada al país, destinando 150 millones de dólares para consolidar su arribo.
La firma fue la primera de las de su campo en Canadá que comenzó a cotizar en la bolsa de Toronto y desde mayo pasado está enlistada además en la Bolsa de Nueva York.
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La entrada a Colombia se da a través de la compra de la firma local Colombian Cannabis por un valor que podría rondar los 90 millones de dólares y con una inyección de capital de 60 millones de dólares más, según anunciaron ayer en Bogotá.
Desde ahora Colombian Cannabis pasa a llamarse Spectrum Cannabis, que es una de las marcas del grupo empresarial norteamericano.
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Según Bibiana Rojas, miembro de la familia vendedora y que continuará como gerente nacional, la idea es manejar todo el proceso, desde el cultivo, extracción y transformación, hasta un producto final que llegue directamente al consumidor final, para lo cual invertirán los 60 millones de dólares en todo el montaje. “Esperamos tener toda la cadena de valor dentro de Colombia. Queremos que todo se quede dentro de Colombia y para los colombianos”, dijo Rojas.
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Colombian Cannabis había adquirido un terreno de 126 hectáreas en Palermo, un municipio del Huila ubicado a solo 13 kilómetros de Neiva. Esta extensión no solo es la más grande de las firmas que están en el negocio del cannabis con uso en la salud en el territorio nacional –las otras tienen máximo de 20 a 40 hectáreas–,sino que, de acuerdo con los voceros de la compañía, sería la mayor también en todo el mundo.
Allí cultivarán inicialmente una hectárea pero irán ampliando el sembrado a medida que lo exija la demanda.
La firma ya cuenta con las licencias para el cultivo de las matas –tanto las de contenido psicoactivo como las de no psicoactivo o cáñamo–, la transformación para uso medicinal y la exportación. También tiene en trámite la certificación de las semillas que debe otorgar el ICA.
Habrá tanto matas a cielo abierto como en invernadero. El sembrado inicial será de una hectárea y progresará a medida que el mercado lo demande.
Por otra parte, avanzan los contactos con campesinos de la región para cumplir con el mandato legal de que un 10% de la materia prima sea proveída por pequeños cultivadores.
Igualmente, está listo el terreno, los diseños y estudios de suelo para la construcción de la planta en Neiva, obra que comenzará el mes entrante.
De esta manera, la primera cosecha comercial saldría de la finca a finales de este mismo año y habría productos de venta al público antes de concluir el primer semestre del 2019.
“Si nuestros amigos brasileros empiezan a importar mayor cantidad, empezaremos a tomar otras más de esas 126 hectáreas más rápido de lo esperado”, anotó Rojas.
Por su parte, el gerente de Canopy Latam, el brasileño Antonio Droghetti, explicó que la intención es concentrar en este país toda la producción de medicinas a base de los principios activos de la marihuana con el fin de distribuirlos hacia toda América Latina. Entre tanto, la investigación la hará Spectrum Cannabis Chile –que ya tiene algunos productos en fases uno y dos de experimentación– y en las demás naciones de la región solo se haría distribución y programas de difusión para que pacientes y médicos conozcan las propiedades benéficas y usos del cannabis.
En el momento hay montada operación en Brasil, Chile, Perú y Colombia y están en apertura en Argentina y México.
Droghetti añadió que la agresividad de la empresa matriz para invertir obedece al vertiginoso ritmo que lleva esta industria, al punto de que en dos o tres años puede cambiar el panorama, ya que prácticamente todos los gobiernos de Latinoamérica aprobaron el uso medicinal del cannabis, si bien falta reglamentarlo en varios, con lo cual el potencial mercado llega a 600 millones de habitantes, y cada vez más países en los distintos continentes se mueven en el mismo sentido.
“Si vas a México, Perú o Ecuador, en todos la ley se cambió... Perú ha hecho su reglamentación y va a estar lista en dos meses; en Brasil también está que sale y ya se puede vender allí el medicamento paciente a paciente, igual que en Argentina. Nos estamos adelantando, sabemos que ese cambio se dará y queremos estar muy listos con toda la infraestructura propia para atender esa demanda”, puntualizó.
DOS AÑOS DE NEGOCIACIÓN
La negociación de Colombian Cannabis se gestó durante dos años, tras los primeros contactos en un evento académico en Miami. El pago se hará a la familia Rojas con acciones de Canopy Growth, en tres etapas: US$ 30 millones, ayer al cerrar la transacción; casi US$60 millones a medida que se cumplan 4 hitos; y en 5 años un último reconocimiento dependerá del “valor justo del mercado”, según los directivos.
Orlando Rojas, exdueño de Colombian Cannabis es cabeza de un grupo empresarial familiar del Huila, con negocios de carros, seguros, energía solar, distribución de aguardiente y construcción, entre otros.
En el 2016, tras la legalización de la marihuana medicinal en el país vio en esto una oportunidad y fundó Colombian Cannabis.