El próximo año la cadena Payless cumple una década de operaciones en Colombia con inversiones que hasta el momento llegan a los 100.000 millones de pesos.
Guillermo Barreto, gerente General de Payless Colombia y director de Operaciones para Suramérica, explica que el mercado local es importante para la marca de Estados Unidos y que una muestra de ello es la apertura esta semana de una ‘Super Store’ en Bogotá, la primera en Suramérica. La marca espera este año la consolidación del negocio.
¿En qué se diferencia un 'Super Store' a las tiendas tradicionales de Payless?
La principal diferencia es el tamaño de la tienda. Pasamos de un promedio de 220 metros cuadrados a 600 metros de área de venta, lo que implica también un aumento de entre un 30 y un 40 por ciento en el surtido. En ese caso, podemos expresar la marca de mejor manera. Con unos pasillos amplios y mayor exhibición de productos para niños, hombres y mujeres.
¿Implicará más surtido?
Sí. Pasamos de 8.000 o 9.000 pares a 14.000 pares por tienda. El concepto, como se desarrolló en Estados Unidos, al ser una tienda grande, permite muchas más referencias y más modelos.
¿Cuántos 'Super Store' hay en Estados Unidos?
Allá el formato se comenzó a desarrollar en el 2013 y diría que viene por el cambio del modelo de negocio que se interesa por el uso de grandes almacenes. Allá, creo que supera los 50 puntos, frente a unas 3.600 de formato tradicional, con una tendencia a abrir más locales de gran tamaño.
¿Es posible que lo mismo pase en Colombia?
No creo que nos pasemos completamente a ese formato, porque una cosa es lo que pasa en Latinoamérica y otra en Estados Unidos, son dos contextos diferentes. En la región podemos abrir tiendas pequeñas en ciudades secundarias y, en Colombia específicamente, hemos abierto tiendas en ciudades como Duitama. Por su parte, Bogotá, dado el tamaño del mercado y el tipo de cliente, adopta fácilmente ese nuevo modelo.
¿Dónde podría estar la segunda tienda?
Creo que en Bogotá o en Medellín. A la capital le caben más, dependiendo del centro comercial y el proyecto.
¿Es viable que algunas de las que existen se puedan ampliar?
Es viable, pero todo eso depende de las condiciones económicas del negocio.
¿Cuál es el plan de expansión concretamente?
Este ‘Super Store’ es el gran proyecto, que representó una inversión de entre US$500.000 y US$600.000 y es un año de consolidación de negocios para Colombia. No tenemos muchos proyectos más de apertura para este año. Estamos más enfocados a crecer en el 2018. Hay muchos proyectos de centros comerciales que vienen en camino en Bogotá, Cali, Santa Marta, Cartagena, Barranquilla, en ciudades secundarias y en eso estamos nosotros. Buscamos concretar nuestro plan de aquí a 3 a 5 años que son 100 tiendas en Colombia.
¿Hoy cuántas completan?
Con esta apertura tenemos 83 tiendas.
¿Cómo está Colombia frente a los países de la región?
Yo estoy a cargo de la operación en Suramérica que cubre a Colombia, Uruguay, Paraguay, Ecuador y Perú. Para Payless la operación de Colombia es la más grande en cuanto a numero de tiendas. Incluso, en toda Latinoamérica. También es el país que más inversión ha manejado por parte de Payless para su expansión.
Es un país con 50 millones de habitantes, una clase media pujante, creciendo, con una economía estable que hecho al país atractivo a la inversión. Claro, se han dado cambios en ese proceso, lo que ha hecho que se disminuya un poco la velocidad de inversión.
¿Cómo ha evolucionado el mercado del calzado?
Las empresas que hacemos parte de este negocio hemos tratado de formalizarlo.
¿Cómo está el panorama arancelario?
Este fue un proceso largo que dejó efectos negativos después de hacer el balance. En estos últimos años trabajamos en llave con el Gobierno, los importadores y los productores para llegar a un equilibrio.
Eso permitió un esquema acorde a la OMC, se hicieron los cambios arancelarios en noviembre pasado y adicional a eso vendrá una normativa aduanera que va a controlar los productos de bajo costo. Nosotros estamos de acuerdo porque en nuestro negocio, formal, no habrá un par de zapatos a un dólar. Esperamos que esa reforma combata el contrabando porque fueron casi cuatro años de inversiones.
¿Ustedes cómo se afectaron?
Nuestros costos no aumentaron o disminuyeron, lo que demostró la entrada ilegal del producto por todos lados. Eso afectó la rentabilidad de la empresa.
Y sumemos la tasa de cambio que se duplicó.
Eso tiene efectos muy fuertes en los P & G de las empresas de calzado, no solamente en el nuestro. Aguantamos gracias a nuestros socios en la casa matriz.
¿Cómo ve el negocio ahora?
Cerramos el plan de ventas del 2016, cumplimos nuestros presupuestos. Aumentamos las ventas un 9 por ciento frente al año anterior. Venimos arrastrando pérdidas de los últimos cuatro años.
¿Pero ya habían logrado punto de equilibrio?
Se planeaba que se lograra máximo en cinco años pero a raíz de todos estos temas arancelarios y cambios de regla de juego eso se dificultó. Pensamos que lo lograremos a partir del año 2017 para ser más rentables.
¿Cuánto esperan crecer este año?
Lo vemos muy complicado. Creo que será la mitad de lo que crecimos el año pasado. Vemos un contexto económico nublado con factores que han afectado la confianza del consumidor.
¿Producen en Colombia?
Hemos hecho intentos de comprar en Colombia, con dos fábricas.
No hemos llegado a definir una compra grande para sustituir una parte de nuestra importación por factores como la tasa de cambio, los costos, la calidad.
Lo tendremos que lograr de una u otra forma. Mientras tanto, importamos de China, Vietnam, de México y de Brasil.