Hoy en día, una cualidad competitiva como el sentido de pertenencia de los empleados frente a la organización es entendido como un factor tan valioso como los activos, y puede llegar a marcar la diferencia frente a la competencia, en temas puntuales como la reputación y el servicio al cliente.
En tal sentido, y viendo que la demanda es cada vez más alta y exigente, las empresas buscan valores agregados que constituyan un beneficio diferencial, para poder obtener cierto margen de distinción en relación con la competencia.
Y es que aunque la tecnología y la globalización se hayan tomado los negocios, es el activo humano el que sigue liderando el éxito de las organizaciones, pues su compromiso, responsabilidad, habilidad de comercialización y servicio son los que hacen que una marca o una firma se mantengan vigentes pese a los cambios de los mercados y la innovación.
Es importante decir que el sentido de pertenencia está presente en el desempeño y en la respuesta de los empleados a los clientes, un plus que el interlocutor comercial siente al tratar con ellos.
Igualmente, los empleados que no se identifican con los objetivos de sus empresas, con las líneas de operación y con los jefes tienden a hablar mal de estas organizaciones, echando a rodar un voz a voz perjudicial, que prende alertas y pone en juego la calidad de los productos, la responsabilidad de las firmas y el valor propio de la marca.
Por el contrario, cuando se tiene en cuenta a los equipos de trabajo, su entusiasmo y amor por la empresa contagian y se transmiten a los clientes.