Los comerciantes bogotanos expresaron a su oposición a la intención del Distrito de cobrar a los restaurantes por el espacio público que utilizan para facilitar la atención en tiempos de pandemia.
Como se recordará, la estrategia 'Bogotá a cielo abierto 2.0' fue un plan que habilitó el distrito para impulsar la reactivación de este sector golpeado por las restricciones para frenar los contagios por Covid-19.
(El plan de Bogotá para aumentar su capacidad en innovación).
Según explicó Juan Esteban Orrego, director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes Fenalco, seccional Bogotá Cundinamarca, un proyecto de decreto de la administración distrital así lo establece.
“En el proyecto de decreto que presentó la Administración Distrital para reglamentar la estrategia de 'Bogotá cielo abierto 2.0', se lee expresamente que los restaurantes que participen en este programa tendrán que pagar una retribución al Distrito desde el tercer mes de uso, lo que indicaría que podría ser desde este mismo año".
Igualmente, se determina que el pago será progresivo. Lo anterior, significa que en el 2021 tendrán que pagar el 20% de valor de retribución y que para el 2023 pagarían el 100%.
Para Juan Esteban Orrego está imposición va en contravía de la propuesta original de la estrategia 'Bogotá a cielo abierto' que era la de salvar a estos establecimientos afectados por la pandemia e incentivar la reactivación y la generación de empleo de la actividad gastronómica.
Para el dirigente gremial, “cobrar por el espacio público es injusto” si se tiene en cuenta que todavía no operan con el aforo completo en sus sedes por las restricciones sanitarias.
El gremio de los comerciantes solicita que se elimine esta posibilidad de cobro por este año y por lo menos hasta que los restaurantes puedan operar al 100% en su interior.
Justamente, los espacios públicos se habilitaron para compensar los ingresos de estos sitios claves para la actividad económica de la capital.
Orrego recordó que la opción de sacar algunas mesas es la única alternativa para que estos negocios puedan encontrar el punto de equilibrio en las ventas y cumplir con costos fijos como el arriendo, la nómina y los impuestos.
Agregó que de adoptarse esta decisión el sector empresarial se queda con un mal mensaje porque afecta la competitividad y estimula la informalidad.
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