El hospital Pablo Tobón Uribe está levantando en el occidente de Medellín una gran mole de 52.000 metros cuadrados, con un costo superior a 230 mil millones de pesos.
Este es solo uno de los proyectos de infraestructura de salud de gran envergadura en los que el sector privado está comprometiendo por lo menos mil millones de dólares (casi tres billones de pesos).
Además, figuran en el listado los proyectos de la Clínica Las Américas (también en la capital antioqueña); la Fundación Valle del Lili, Imbanaco (Cali); la Clínica General del Norte (Barranquilla), la Fundación Cardiovascular (Bucaramanga); la Fundación Santa Fe, la Clínica de Marly y la Fundación Cardioinfantil (Bogotá).
Así mismo, en la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) hay créditos tramitados por 222.250 millones de pesos por instituciones como la Clínica Universitaria Medicina Integral (Montería) y el centro médico Imabanaco (Cali), y están en capilla los planeados por la Fundación Hospitalaria La Misericordia, la Fundación Cardioinfantil y la Clínica Colsanitas, en Bogotá.
Datos del Dane muestran cómo el área en construcción de hospitales y clínicas se ha incrementado en los últimos años. Así para el 2014, según esta entidad de estadística, se estaban levantando 850 mil metros cuadrados de infraestructura de salud. En general, se trata de áreas dedicadas a procedimientos de alta complejidad y concentradas en las grandes capitales.
Esta gran inversión resulta para algunos contradictoria con el mensaje de crisis del sector, que ha hecho carrera en los últimos años a causa de una cartera que superaría los cinco billones de pesos.
“La salud vive una crisis paradójica. Problemas financieros que se reflejan en deudas acumuladas y deterioro patrimonial de las EPS (Empresas Promotoras de Salud). Pero al mismo tiempo tenemos más producción, crecientes inversiones y mayores utilidades del sector hospitalario. Es una crisis con expansión”. Así califica la situación el ministro del ramo, Alejandro Gaviria.
‘LA MAYORÍA NO SON PROYECTOS NUEVOS’: ACHC
No obstante, el presidente de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), Juan Carlos Giraldo, sostiene que solo 62.000 metros cuadrados son áreas nuevas, mientras que lo demás tiene que ver, según él, con readecuaciones y reemplazo de sedes antiguas, con el fin de estar acordes con las normas de habilitación exigidas por el mismo Gobierno.
Fuera de esto, añade que hay que considerar qué parte de este metraje es de las EPS que buscan mayor participación en el negocio mediante integración vertical, y qué porción es de proyectos independientes de las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS). “Hay 3 o 4 grandes proyectos de tamaños espectaculares, en Bucaramanga, Floridablanca y Cali, pero la mayoría son adecuaciones”, recalca el dirigente gremial, quien enfatiza en que los planes de expansión obedecen a una necesidad real de cobertura. Según el director del Pablo Tobón Uribe, Andrés Aguirre, mientras que, por ejemplo, Alemania posee casi 7 camas para pacientes de alta complejidad por cada mil habitantes, Colombia solo posee 1,6.
“Debería tener por lo menos 2,6 camas por cada mil personas”, concluye Aguirre.
Tanto Aguirre como Giraldo recalcan que se trata de una apuesta de futuro. “El sector hospitalario no se va a ir aunque haya crisis. Antes ojalá hubiera más créditos blandos y que el sistema fuera mejor pagador”, dice Giraldo, quien también aclara que la mayor parte del crecimiento es con créditos o bajo alianzas con agentes inmobiliarios, que son los dueños de las instalaciones mientras que las IPS asumen la operación.
LAS AMÉRICAS LEVANTA NUEVA CLÍNICA PARA TENER 130 CAMAS MÁS
La Clínica Las Américas espera terminar pronto el cierre financiero de la Clínica del Sur, un centro de tercer nivel en Envigado (sur del Valle de Aburrá), y comenzar obras a principios del 2016. Esta vale 140 mil millones de pesos, que saldrán de capital propio y deuda. Serán once pisos, con tres niveles de parqueaderos y 130 camas, así como cuidados intensivos y especiales, según Adriana Toro, gerente de Las Américas, grupo donde la mayoría de los accionistas son médicos.
“En el Aburrá sur no hay mucha oferta privada en salud y se necesita una infraestructura más direccionada al público de la medicina prepagada, así como a particulares, aunque se atenderá a pacientes de seguridad social”, anota.
Al referirse al hecho de invertir dentro de una situación de crisis, opina: “a esta crisis hay que darle solución. Un país sin salud no es nada, le apostamos a que esto se tiene que resolver”.
‘TOCA VER EL FUTURO Y NO SOLO LA CRISIS’
Los directivos del Hospital Pablo Tobón Uribe hacen fuerza para que no suba más el dólar y con él los costos de dotación de la nueva torre que levantan gracias a un crédito de Findeter por 210.000 millones de pesos, fuera de 15.000 millones que han gastado en preparación del personal especializado. Allí ubicarán 300 camas –abrirán 121 en abril próximo– y unas urgencias de alta complejidad. Y aunque el centro, que funciona como entidad sin ánimo de lucro, tiene una cartera por cobrar de 160.000 millones de pesos, según su director, Andrés Aguirre, “hay que pensar no en la crisis sino en el futuro”.
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