El pasado 8 de enero, se cumplieron siete años desde que la empresa Productos El Sol vio la destrucción de su planta en Fontibón, a causa de un incendio.
La firma, fundada en 1968 como una microempresa de productos de aseo líquidos fue adquirida en la década de los 90 por el ingeniero Édgar Antonio Galán, quien se puso en la tarea de darle una renovada visión de crecimiento y formalización, recuerda su hijo, Édgar Galán.
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Sin embargo, la conflagración dio al traste con el progreso que mostraba en los negocios y la continuidad de la operación. Desde ese espacio de 5.000 metros cuadrados, la fábrica se dedicó a su línea El Sol, al tiempo que ganó reconocimiento y negocios con el servicio de fabricación a terceros o maquila para marcas de grandes cadenas como Éxito, SC Johnson, con aumentos notables en ventas.
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Édgar Galán recuerda cómo el mismo día de la tragedia, siendo aún estudiante universitario de Ingeniería, acordó con su padre la recuperación de la compañía.
“Decidimos juntar la experiencia y las habilidades que tenía él de tantos años de ser empresario, con mi juventud y preparación universitaria para liderar el grupo y salir adelante”, dice.
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En ese objetivo fue crucial un competidor: la firma La Joya de Casa Luker, que le tendió la mano para que mantuviera la producción y la atención a los clientes que siguieron firmes con Productos El Sol.
Esto, en reciprocidad por la solidaridad que tuvo Productos El Sol cuando La Joya también fue víctima de un incendio. Otra compañía que le tendió la mano fue Eidecol Ltda. –firma de ingeniería de calderas– que les facilitó a los Galán una oficina y un escritorio, desde donde planearon la recuperación de Productos El Sol.
“Con esas dos empresas, y con nuestros clientes y proveedores estamos eternamente agradecidos porque así pudimos continuar.
En el espacio que les facilitó La Joya seguíamos con la tercerización, con la logística de compra de materiales y entrega al cliente. Por su parte, la empresa aliada y solidaria se encargaba exclusivamente de fabricar y llenar”, asegura. De los 100 empleados, algunos se quedaron en la planta y en la parte administrativa.
En el 2010, su fabricación era de US$3,5 millones, en un plan que se concentraba en mantenerlo.
"Luego vinieron cinco años de incansable trabajo planeando la reconstrucción. Fue así como en enero del 2016 se inició la nueva obra en la Zona Franca Intexzona”, recuerda Galán.
La idea era mejorar la planta de Fontibón que en su momento se fue montando en una zona urbana, en un espacio inicial de 800 metros cuadrados, adquiriendo casas vecinas.
La nueva fábrica “permitió arrancar de cero y mejorar condiciones de la anterior.
Para el directivo, si bien la planta que se incendió estaba asegurada, eso no fue lo único que permitió la recuperación de Productos El Sol. “Considero que la construcción más robusta que tiene cualquier compañía es su recurso humano y su cultura. Aunque los activos faltaban fue con nuestro grupo que nos levantamos”, señala.
Sobre la marcha de la obra, a finales del 2016 fue fundada la compañía Productos El Sol ZF y se calificó como usuario de bienes y servicios de zona franca para la fabricación de productos líquidos de aseo e higiene y limpieza.
En cinco años espera tener una etapa de ampliación, hoy está en 1.650 metros cuadrados construidos y la idea es sumar otros 2.000 metros como complemento al crecimiento. La planta actual es más pequeña que la anterior, pero mantiene la eficiencia por toda la reingeniería que se hizo.
La nueva fábrica hace las mismas 300 toneladas/mes /turno. Cuando esté en forma la planta, esto implicará 50 personas por turno (serán tres de estos).
NUEVA ETAPA
Lamentablemente, en diciembre del 2016 el fundador, el ingeniero Édgar Antonio Galán falleció y dejó todo listo para que su hijo se pusiera al frente del nuevo proyecto productivo. La obra terminó en febrero del año pasado y ahí se inició la puesta a punto de instalación de los equipos.
“Los equipos en su momento fueron chatarra del incendio y nuestro equipo de mantenimiento trabajó con la mentalidad de aprovechar y reutilizar el material. Fue así como recuperó la maquinaria y le dio vida nuevamente. Son los equipos actuales”, dice Galán.
Para avanzar en los estándares de calidad de la planta, el pasado 25 de agosto del 2017, el Invima le otorgó a Productos El Sol el certificado de capacidad de producción para la planta, lo que garantiza que cumple con todos los requerimientos técnicos para poder fabricar y entregar productos de calidad.
En lo que quedó del año pasado se hicieron las pruebas pilotos, preparando las instalaciones para iniciar negocios fuertes en el año que comienzo. La empresa estima que la producción nacional de productos de aseo estimada por la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) es de US$1.000 millones para el 2018.
En ese sentido, agrega que: “Queremos ser en el mediano plazo los fabricantes del 1% de ese mercado, que es cerca de US$10 millones”. Hoy tercerizan a las firmas SC Johnson y Diversey.
“Tenemos que retomar los clientes que perdimos por la falta de la planta, fortalecer las relaciones con los clientes que esperaron y no pusieron problema a que estuviéramos con La Joya, y buscar mercados internacionales. Estamos interesados en exportar; Ecuador y Centroamérica son regiones interesantes y podemos ser muy competitivo, aprovechando los beneficios”, dice Galán, al explicar los planes con la nueva infraestructura.
Los negocios internacionales están en fase de exploración, porque el trabajo se concentrará en empezar las producción a terceros, y en la medida que crezcan los negocios, poder ofrecerles fabricación para exportar, aprovechando la ubicación en zona franca. Esa es la estrategia, más allá de exportar la marca propia El Sol.
“Para nosotros es más fácil que las multinacionales ya tienen posicionados sus productos en la región. Lo que podemos hacer es fabricar los productos sin nacionalizarlos y directamente, de la zona franca, exportarles a sus mercados. Ese sería un primer paso.
También quisiéramos incursionar en posicionar nuestra marca El Sol en otros países, pero eso requiere un esfuerzo y una inversión mucho más grande que podría ser para el mediano plazo”, puntualiza.