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Empresas

Propósito del empleado y objetivos de la organización

Aunque las compañías se esfuercen creando programas para lograr más compromiso y fidelidad, los resultados no son los mejores.

Compañía

Si una compañía lograra mantener la conexión entre el propósito personal del empleado y los objetivos del negocio, el resultado sería mayor compromiso y nuevas fuentes de inspiración.

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POR:
Portafolio
octubre 10 de 2019 - 10:00 p. m.
2019-10-10

A muy temprana edad comenzamos a preguntarnos qué nos gustaría llegar ser en nuestra vida adulta. Empezamos una etapa de transición pero muy significativa que nos lleva a preguntarnos: ¿qué voy a hacer para ganarme la vida?

(Lea: ‘Ser felices en el trabajo es lo que nos lleva al éxito, no al revés’)

El trabajo es una de las áreas que nos permite crecer intelectualmente y emocionalmente. Es una realidad necesaria que nos acompaña la mayor parte de la vida. Gracias a él, conseguimos proyectar una imagen positiva de sí mismos ante la sociedad, nos permite mejorar nuestra autoestima, desarrollar habilidades y obtener ingresos para satisfacer necesidades básicas.

(Lea: ‘Empleados deberían ser más importantes que los clientes’)

La satisfacción en un trabajo ayuda a que la persona tenga un excelente desempeño, que impacte en los objetivos de la organización y encuentre en él un sentido de su existencia.

Según el informe de la encuesta de Gallup Q12, que mide el compromiso de los empleados, afirma que en Latinoamérica este valor es del 32%. Este feedback es muy útil para que los directivos puedan medir la satisfacción de sus colaboradores con el fin de buscar soluciones para crear mayor motivación a través de programas o actividades que permitan que la persona se sienta realizada y logre un equilibrio en las demás áreas de su vida.

En Colombia, el 97% de las compañías consideran la importancia de ofrecer beneficios adicionales como seguros de vida, auxilio de estudio, trabajo remoto o convenios con entidades, pero el nivel de rotación incluso ha llegado a ser del 74%, sobre todo entre las edades de 20 a 29 años.

Con estos datos se podría llegar a la conclusión de que aunque las compañías se esfuercen creando programas para lograr más compromiso y fidelidad, los resultados no han sido los mejores. Es de gran importancia entender el propósito de los colaboradores para poder crear el ambiente y la comunicación que responda sus expectativas.

La mayor realización de todo ser humano en encontrar un propósito, como decía Stephen Covey, autor del libro ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’: “todos queremos vivir, amar, aprender y dejar un legado.Si una organización lograra mantener la conexión entre el propósito personal del empleado y los objetivos del negocio, el resultado sería mayor compromiso, nuevas fuentes de inspiración e innovación hasta el punto de convertir el propósito de cada individuo como el mayor activo de las organizaciones”.

Conectar los objetivos de la organización con el propósito personal puede ser probablemente uno de los mayores retos para los directivos de RR.HH., en los próximos años. Hay que pensar constantemente en los empleados, su desarrollo y sus motivaciones, pero todas las actividades tienen que tener sentido desde el punto de vista del negocio.

Para esta teoría se propone crear y diseñar un modelo o arquitectura personal que permita realmente al área de RR.HH. conocer e identificar el ‘para qué’ de la persona que van a contratar para el cargo.

Es crucial entender si sus habilidades se conectan con las necesidades y los valores de la empresa. También tener la oportunidad de identificar qué otros talentos ocultos tiene el futuro colaborador y cómo se puede realizar un plan de seguimiento para ayudar a que alcance todo su desempeño.

Una vez identificado ese propósito, realizar actividades que usen el potencial del colaborador a la hora de realizar los objetivos de la compañía.

La conexión de las preferencias del colaborador con las metas de la compañía solo es posible si se planea estratégicamente. Hay que definir las áreas comunes que serían las habilidades de un individuo traducido a proyectos concretos que puede realizar para la compañía.

Las actividades propuestas serían de forma más consciente y con sentido enfocado en las necesidades de cada individuo más allá de algo colectivo. La clave (y al mismo tiempo el reto) está en reconocer que cada persona es distinta y tiene una vocación o propósito diferente, de esta manera el trabajo tendría mayor trascendencia, encontrando el por qué se hace lo que se hace cada día.

Los que quieren formar los equipos estables, productivos y satisfechos deberían involucrar a los líderes de las diferentes áreas de la organización y recursos humanos para que tomen la iniciativa de apoyar a sus colaboradores en este proceso personal, que no sólo puede generar mayor bienestar emocional sino más compromiso y productividad, creando organizaciones más competentes y sostenibles en el tiempo.

Mónica Forero
​Desarrolladora de nuevos negocios en Performante

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