Aumenta la demanda de cotizaciones y órdenes de compra para renovación o ampliación de líneas de producción, que implican inversiones estratégicas, es una clara señal de reactivación de los negocios, tras la pandemia.
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Así lo señala, Luis Montoya, sales manager de Reading Bakery Systems para Latinoamérica, empresa especializada en producir líneas para snacks. En entrevista con Portafolio el ejecutivo afirmó que considera que este año será de transición y de buenos resultados, pero que en el 2023 se espera un crecimiento de entre el 20% al 25%. En innovación, la empresa acaba de presentar un equipo especializado en la producción de pita.
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¿Cómo les ha ido?
A nivel de compañía, el año pasado fue uno de los mejores, de hecho batimos un récord histórico a nivel de las ventas globales, especialmente por la forma en que se movió el negocio en los Estado Unidos y parte de Latinoamérica.
Estas fueron las dos regiones de mayor crecimiento en la compañía a nivel global. Asia estuvo un poco más quieto y Europa no tuvo un buen comportamiento.
Por su parte, Latinoamérica, que es la región que yo lidero, 2019 y 2020 fueron mejores que el año pasado.
Desde nuestra óptica, vimos que mientras que las grandes compañías en pandemia siguieron trabajando normal su presupuesto, las pequeñas suspendieron sus proyectos. Al ver que definitivamente tenían que seguir avanzando, los proyectos tenían que continuar e hicieron una redefinición de la estrategia. Así que se volvieron a reactivar los proyectos que teníamos con ellos. Si bien vendimos menos, desde mediados del semestre pasado hasta ahora, el incremento de las oportunidades han reportado un alza mayor. Hay demanda de cotizaciones, de nuevos proyectos y desarrollos de productos, todo ha incrementado de manera sustancial.
¿Este será un año de recuperación?
Lo veo como un año de transición en números de ventas efectivas, en términos de cotizaciones es un año record para nosotros. Lo que pasa es que los ciclos de venta en el negocio nuestro tarda entre uno y dos años. Entonces estamos empezando a cerrar negocios que se cosecharan más adelante.
Nosotros vendemos maquinaria y líneas de producción completa, por lo regular son inversiones estratégicas que hacen las compañías. Unos equipos de este tipo puede estar alrededor de los 2 a 3 millones de dólares y hay unas más costosas de 6 a 7 millones de dólares. Por eso el ciclo de venta es tan largo e incluye el aumento de capacidades o la expansión en nuevos mercados.
¿Qué perspectivas concretas hay?
Definitivamente vamos a aumentar ventas entre un 10% y 12% respecto al año anterior y proyectamos para el año entrante, 2023, un incremento de 20% a 25%. Este será un buen año para nosotros.
¿Sienten el auge de pequeños negocios?
Podríamos decidir que hay un segmento de grandes empresas como Bimbo, PepsiCo, Nutresa, Colombina, que son los grandes, pero hay un segmento intermedio de pequeños productores que quieren dar el paso a convertirse en grandes apalancados en muchas oportunidades.
En el mercado está creciendo mucho la demanda de las marcas propias para cadenas como D1 y Éxito.
Entonces ese es el mercado que en los retailers o minoristas está creciendo bastante porque los consumidores cada vez son menos fieles a una marca.
Las marcas propias, por lo regular comienzan con líneas muy artesanales o de pequeños volúmenes y quieren pasar a la producción a gran escala.
El otro segmento es la línea enfocada en los snacks autóctonos o muy típicos de producción colombiana. Estamos hablando de las achiras, especialmente. Pero se está empezando a demandar muchísimo este tipo de proyectos para dar el paso de empezar a producirlas en mayor volumen bajo marcas propias.
Así que trabajamos en dos diferentes escenarios donde tienen cabida y están desarrollando los grandes productores, pero también pequeñas y medianas compañías que quieren dar ese salto hacia una producción mucho más a gran escala.
¿Cuál es la innovación que ahora le presentan al mercado?
Estamos trabajando en varias novedades. La primera, desde el punto de vista nueva maquinaria, consiste en un nuevo desarrollo dentro la línea de snacks más saludables que es el de pita horneada. Lo presentamos el año pasado en Estados Unidos.
La producción de los snacks de pita se basa en un sistema artesanal, pero con la alta demanda de productos saludables, los compradores son cada vez más exigentes y buscan no solo buenos sabores sino también variedad.
En ese sentido, y pensando en satisfacer esa demanda, RBS le dio vida a esta innovación que cuenta con una tecnología proofer antes del horneado, más un cortador pos-horneado, clave para la producción de pita.
La tecnología hace que el producto sea cada vez más crujiente y cumpla con todas las características propias de la pita hecha a nivel artesanal, además, permite mayor variedad al poder preparar pitas con productos como papa o queso con un control de temperatura, textura y sabor en el punto exacto. Para 2022, RBS espera tener al menos una línea de pita horneada en la región y dos para el próximo año.
CONSTANZA GÓMEZ GUASCA
PORTAFOLIO