Pese a que aún no cesan las críticas sobre el nuevo esquema que fue adoptado en Colombia para repatir las regalías que se producen por explotación de los recursos del subsuelo, no hay que desconocer que se trata de un gran avance.
Estos dineros, que a partir del 2012 representarán 10 billones de pesos en promedio, estaban concentrados, en un 80 por ciento, en ocho departamentos.
A partir de la idea de que los recursos naturales son de todos y hay que repartirlos con equidad, el nuevo Sistema General de Regalías incluye un esquema de repartición de la plata a través de cinco fondos.
De acuerdo con el Acto Legislativo de Reforma a las Regalías, el fondo de pensiones, con un porcentaje del 10 por ciento sobre el total que ingrese, cubrirá parte del hueco fiscal que tienen los territorios por cuenta del pasivo pensional; el de ciencia y tecnología (con otro 10 por ciento) intentará apalancar proyectos en este sector, uno de los más rezagados en el país, pese a que es clave para el desarrollo.
El tercer fondo es el de ahorro y estabilización, que tendrá hasta un 30 por ciento de la plata y le permitirá al Estado ahorrar en el exterior, en dólares, previendo un incremento en la producción de petróleo que puede generar problemas en la economía interna, si se deja toda la plata en el país.
El fondo de compensación regional, es decir, el que va a ayudar a combatir la pobreza en las regiones, contará con un 21,6 por ciento, según cálculos realizados por especialistas.
Y el de desarrollo regional, encargado de financiar grandes proyectos de impacto sobre varios departamentos, trabajará con un 14,4 por ciento.
Teniendo en cuenta que en el Congreso los parlamentarios en defensa de sus regiones no permitieron que se suprimieran las regalías directas para las regiones productoras de petróleo, como era la intención inicial, a este renglón le corresponderá un 9 por ciento.
El nuevo sistema de distribución es más equitativo y se busca con él utilizar los recursos para reducir la pobreza.