“La solidez (de la banca) también es la base para que diferentes instituciones colombianas hayan podido expandir sus fronteras, lo cual ha resultado en que una parte significativa del sistema financiero centroamericano esté siendo manejada en forma muy eficiente y profesional por bancos colombianos”.
Esta frase del empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo hizo parte de su discurso de agradecimiento a sus colegas y amigos banqueros por el Premio a la vida y obra en el sector financiero, que le concedieron ayer en el marco de la clausura de la 50 Convención Bancaria en Cartagena.
Dijo que no tenía sino palabras de agradecimiento para todo el país por las innumerables oportunidades que le había brindado a lo largo de toda su carrera como constructor, empresario y banquero y que por eso solo le quedaba retribuir ese apoyo invaluable a través de las obras sociales que sus empresas, su familia y él han venido realizando por varios años.
Por eso, el proyecto más importante en el que están concentrados hoy es en dotar al país con uno de los más modernos hospitales y centros de investigación para el tratamiento del cáncer, el cual promete ser no solo el más moderno del país sino de la región andina.
Será una obra que contará con la más moderna tecnología hospitalaria, construida en un terreno de 30.000 metros cuadrados situado en el norte de Bogotá, con capacidad para 250 camas y personal médico altamente capacitado en la atención de pacientes que padezcan de esa enfermedad.
Ese fue el anuncio con el que el presidente de la junta directiva del Grupo Aval agradeció a la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras (Asobancaria), por el reconocimiento que le hizo ayer al término de su 50 Convención Bancaria.
El proyecto, que está en fase de diseño y cuenta con la asesoría de dos prestigiosas firmas estadounidenses especializadas en este tipo de edificaciones, requerirá de una inversión de 500.000 millones de pesos en los próximos cinco años y abrirá sus puertas en junio del 2018.
“Será una entidad sin ánimo de lucro y sus excedentes serán reinvertidos en la adquisición de nuevos equipos y en el fomento de la investigación. Los recursos serán manejados por las fundaciones Grupo Aval y Luis Carlos Sarmiento Angulo”, dijo el banquero.
El propósito de esta iniciativa está encaminado no solo a la atención de toda la población colombiana que padezca de esta enfermedad sino también que, a través del centro de investigación, cientos de colombianos que hoy se encuentran en el exterior puedan retornar al país a adelantar sus propias investigaciones sobre esta y otras enfermedades.
COMPROMISO
El empresario, dijo que el premio que recibe de sus colegas, más que un reconocimiento, es un compromiso más que adquiere con el país para continuar trabajando por su desarrollo y la consolidación de sus instituciones.
Al respecto dijo que Colombia, en su totalidad, tanto sus empresas como su gobierno, se ha beneficiado de tener un grupo de bancos con alto grado de dinamismo, y muy activo en el otorgamiento del crédito.
Destacó el papel que han jugado las entidades financieras, por ejemplo, en el proceso de cierre financiero de los proyectos de infraestructura en los que está embarcado el país y, en particular, de la serie de carreteras llamadas 4G.
“El sistema no solo atiende al Gobierno y a las grandes empresas, sino que ofrece este servicio en forma eficiente a todos los sectores de la población”, recalcó Sarmiento Angulo, al referirse al tema crediticio.
Sin embargo, advirtió que este no es el único frente en el que se puede ver el aporte que la banca le hace al desarrollo del país. Dijo que esa contribución tiene un enorme valor si se le mira desde el punto de vista tributario frente a lo cual señaló que solo en impuesto a la renta la banca aportó el 6,37 por ciento de lo recaudado por la Nación en ese tributo el año pasado. Esa contribución ascendió a 10,76 por ciento del total recaudado en el primer trimestre del 2015.
Al concluir, Sarmiento Angulo también expresó su agradecimiento a los más de 79.000 trabajadores de su organización, a los directivos de cada una de sus entidades, a quienes les dijo que, sin su compromiso y dedicación, quizás no hubiese podido lograr gran parte de lo alcanzado hoy.
Recordó a otros banqueros que han contribuido al desarrollo de las entidades y del país, en especial a Hernán Rincón Gómez, quien por muchos años fue el presidente del Banco Popular y quien falleció hace unas semanas.
Finalmente, tuvo unas palabras de gratitud para su hijo Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, a su esposa, Fanny Gutiérrez, sus demás hijos y nietos, algunos de los cuales ya se encuentran vinculados a varias empresas de su organización.
LUIS CARLOS SARMIENTO ANGULO: VIDA Y OBRA DE UN BANQUERO
A 56 años de haber creado su primera empresa y, a 44 de haber comprado su primer banco, Luis Carlos Sarmiento Angulo sigue siendo el mismo hombre de visión aguda para los negocios y el incansable trabajador preocupado hasta por el más mínimo detalle de todo, pues cree que esto es fundamental a la hora de saber delegar funciones.
Ingeniero civil de profesión, constructor, banquero y filántropo, Sarmiento Angulo supo, desde temprana edad, que lo suyo era hacer empresa en un país donde, para la época, pocos se atrevían a hacerlo.
Por eso no dudó cuando se le presentó la oportunidad. Incluso llegó a rechazar la posibilidad de irse a estudiar a una prestigiosa universidad en el exterior para empezar a construir su sueño, no el de ser un hombre acaudalado y poderoso, algo de lo que evita hablar, sino el de un forjador de empresa para contribuir al desarrollo social y económico de Colombia.
En ello ha trabajado por cerca de siete décadas, pues sus primeros sueldos los recibió cuando apenas rondaba los 14 años. A los 21 ya tenía en sus manos el título que lo acreditaba como ingeniero civil otorgado por su alma máter, la Universidad Nacional, a la que 60 años después le donó el edificio de Ciencia y Tecnología que hoy alberga todas las publicaciones de las facultades de Ingeniería y Ciencias y sirve como complemento de la Biblioteca Central y la Hemeroteca de la universidad en Bogotá. La inversión en esta obra fue de 18.000 millones de pesos.
Con la experiencia adquirida en la firma del ingeniero antioqueño Santiago Berrío, un capital semilla de 10.000 pesos y tan solo 26 años de edad, Sarmiento Angulo se lanzó al ruedo y creó lo que sería la columna vertebral de su grupo empresarial, la organización que hoy lleva su nombre.
Su vida en los negocios comenzó a mediados de los años 50 en una oficina de 15 metros cuadrados por la que pagaba 100 pesos mensuales de arriendo. Estaba en el edificio Henry Faux, en plena avenida Jiménez, en el centro de Bogotá, justo al frente de la iglesia de San Francisco y de la que en ese entonces era la sede de la gobernación.
Fue el inicio de una carrera que lo ha llevado a hacer desde obras públicas menores en distintas regiones del país, como el edificio del colegio María Auxiliadora, en Villapinzón (Cundinamarca) y algunos andenes en Bogotá, hasta obras de gran envergadura, entre las que se destacan la vía Ruta del Sol, que va desde Puerto Salgar (Cundinamarca) hasta San Roque (Cesar), así como la vía Bogotá-Villavicencio, que incluye túneles de más de 4 kilómetros de extensión.
A esto hay que sumarle que durante ese tiempo ha desarrollado más de 40.000 viviendas, edificios de oficinas y centros comerciales, con un área aproximada de 5 millones de metros cuadrados en el Distrito Capital de Bogotá.
Pero quizás lo que más le ha dado visibilidad, sin proponérselo, es el negocio bancario, en el que incursionó con la compra del Banco de Occidente en 1971. A esta le siguió la creación de AV Villas y la adquisición de los bancos de Bogotá y Popular y una veintena de entidades financieras más, en Colombia y el exterior, que lo tienen figurando como el banquero más importante del país y Centroamérica, con BAC Credomátic a la cabeza de sus inversiones.
En 1998 le dio vida al Grupo Aval, del que es hoy presidente de su junta directiva, y tras un largo proceso de preparación y mucha paciencia para escoger el momento adecuado, se estrenó en la Bolsa de Nueva York con una emisión que le permitió, a finales de septiembre del 2014, recoger de los inversionistas extranjeros 1.265 millones de dólares, un nuevo voto de confianza.
A sus 82 años de edad, ha sido otro de sus grandes logros, como bien lo expresó en su momento, pues son pocas las entidades colombianas que ha conquistado el mercado bursátil más importante del mundo y eso tiene méritos para el país.
Pese a esto, no es un hombre muy dado a hablar de ello, mucho menos, de la labor social y filantrópica que por más de dos décadas viene realizando desde su fundación, a través de la cual efectúa donaciones directas para educación, vivienda, salud y el bienestar social de sus compatriotas.
Esa labor silenciosa, que desconocen buena parte de los colombianos, su permanente preocupación por el desarrollo económico del país como una forma de lucha para derrotar la pobreza que agobia a millones de colombianos, lo han llevado a figurar como uno de los líderes con mayor reputación en el país y distinguido en varias oportunidades como empresario del año.
También se convirtió, en abril del 2012, en el accionista mayoritario de EL TIEMPO Casa Editorial, empresa que, además de editar este diario, es propietaria de un conglomerado de periódicos impresos, revistas, portales digitales y canales de televisión.
Ahora, el nombre de Luis Carlos Sarmiento Angulo vuelve a figurar, pues en el marco de la celebración de la 50 Convención Bancaria, recibió el Premio a la vida y obra en el sector financiero, como un reconocimiento al aporte al desarrollo de la banca en Colombia y su contribución al crecimiento del país.
CARLOS ARTURO GARCÍA
Enviado especial de EL TIEMPO
Cartagena