En la Calera, a casi 20 km del centro de Bogotá, se encuentra ubicada la finca Metanoia, en la que la alemana Rita Kotov, especialista en Neurociencia, y la médica deportóloga Alejandra Santamaria ofrecen los servicios de “Baños del Bosque”.
Esta es una técnica japonesa que se llama Shinrin Yoku y consiste en dar un paseo por jardines no transitados. Allí se hacen técnicas de meditación y atención plena, lo que le permite a las personas experimentar “una descarga del estrés y lograr sensaciones de tranquilidad”, afirman Rita y Alejandra.
Ellas ofrecen un paseo guiado, que puede tardar hasta cuatro horas en recorrer 2 km, porque se busca que sea de manera calmada y haciendo pausas en el camino para lograr “que la naturaleza se conecte con el ADN de las personas y así recibir todos los beneficios”.
Según un artículo publicado en la revista científica Scientific Reports, “el contacto con la naturaleza ofrece beneficios en la salud mental y física, porque se atenúan los niveles de estrés, se disminuye la presión sanguínea y se reducen riesgos de enfermedades como asma y cardiovasculares”.
En ese sentido, Santamaría menciona, citando a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “que el 85% de las enfermedades tienen un origen emocional”. Por eso, en Metanoia implementan la medicina con un concepto holístico, en el que el bienestar involucra áreas como las emociones.
Al llegar a la finca, lo primero que se encuentra es una casa con paredes transparentes y una con un muro de plantas y flores.

Metanoia.
Allí, antes de iniciar el recorrido guiado por Rita y Alejandra, miden la energía electromagnética y toman la presión, para demostrarle a los visitantes los cambios que se presentan al finalizar el recorrido.
En el primero de los jardines, que conocen como “el preludio” se explica el recorrido y hacen meditaciones para lograr atención plena en el transcurso del “Baño de Bosque”.
Cada jardín tiene un nombre distinto, se hacen pausas de mínimo 20 minutos y, como menciona Rita, se espera que las personas experimenten sensaciones distintas en cada jardín.
En una de las estaciones, hay un espacio para comer, en el que ofrecen alimentos conscientes, es decir, con productos orgánicos y con plantas comestibles.
Al cerrar el “Baño de Bosque”, se llega de nuevo a la casa de paredes de cristal para tomar las mediciones finales y darle fin al paseo por la naturaleza.
Ahí esperan que se empiece a ver un “aumento de la actividad de las células Natural Killer (NK) para la defensa del sistema inmune ante cualquier patógeno y la ampliación de los niveles intracelulares de proteína anti cancerígenas”, lo que mencionan como algunos de los beneficios que la ciencia ha podido comprobar al tomar intervenciones cortas en campos boscosos y forestales.
A lo que se suma la importancia de la técnica de origen oriental para el corazón y la salud mental de los pacientes, pues además de reducir la presión arterial, la frecuencia cardiaca y regular el nivel de cortisol para liberar el estrés, también, comprime el alto nivel de ansiedad, confusión, entre otras patologías psicológicas negativas que son frecuentes en la sociedad actual.
CLAUDIA M. QUINTERO RUEDA
Periodista Portafolio