Hace más de una década, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Unad) era una institución educativa con poca proyección en el ámbito educativo del país. No obstante, la forma cómo creció en los últimos años la volvió atractiva para los políticos y hoy intereses de todo tipo buscan hacerse a su control.
De hecho, en momentos en que se adelanta el proceso de elección de rector para el periodo 2015-2019 (el próximo 28 de noviembre), se ha agitado el ambiente de tal forma que el tema ha llegado a los organismos de control, como la Contraloría, e incluso se ha mencionado en debates en el propio Congreso.
No es la primera vez que ocurre una situación de este tipo en el pulso de poder por el control de la Unad. Hace 10 años, cuando esa institución abrió una sede en Florida (Estados Unidos), la Contraloría verificó unos supuestos hallazgos fiscales en ese proyecto, indagaciones en las que no se encontraron las presuntas irregularidades de las que se habló.
Hoy, el tema vuelve a la lupa del organismo de control que, como hace una década, verifica si abrir una sede en Estados Unidos violó "los límites de la autonomía universitaria, al crear una organización sin ánimo de lucro, una universidad privada incorporada en el Estado de Florida".
Los reparos se apoyan en el hecho de que el 15 por ciento del presupuesto de la Unad lo aporta el Estado -el otro 85 por ciento son recursos propios de la entidad-.
No obstante, para la comunidad académica la agitación de los últimos días por la sede en Estados Unidos se ha generado sin los argumentos de fondo para dar pie a un debate en el que, incluso, terció la senadora Claudia López.
"Preguntarse acerca de los valores agregados que le genera a la Unad la existencia y operación de la sede de la Florida, pasa necesariamente por la pregunta acerca de las personas que se vienen beneficiando de sus desarrollos formativos y el impacto que esto genera en sus condiciones y calidad de vida", advirtió recientemente el académico Roberto J. Salazar, experto en educación virtual.
Y es que precisamente, a través de lo virtual, es que la Unad llega a sus más de 75 mil estudiantes, de estratos 1, 2 y 3, en más de mil municipios del país, alumnos, que además de los programas de pregrado, tienen la opción de una maestría o un doctorado con homologación en Estados Unidos.
Por eso, también llama la atención que se mencione la idea de convertir a la Unad en presencial, circunstancia conveniente para los políticos en sus regiones.