En Colombia se registraron 5,9 carros nuevos por cada mil habitantes en el 2015, mientras que el promedio de Latinoamérica fue de 10,1 y Argentina, con una población similar a la de nuestro país, tiene 14,8 vehículos por cada mil habitantes.
“Hace 10 años, los colombianos compraban 100.000 vehículos nuevos y hoy la cifra es cercana a los 300.000. Esto indica que a medida que la población va creciendo, la clase media se va desarrollando y el ingreso per cápita mejora. Las ventas de vehículos y el parque automotor van a seguir creciendo en Colombia en el mediano y largo plazo”, afirma Oliverio Enrique García Basurto, presidente de la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos).
El gremio determinó el índice de motorización a partir del registro anual de vehículos nuevos por cada mil habitantes en países de América Latina y el mundo.
Según García Basurto, “la política pública se debe enfocar en cómo atender al creciente parque automotor en materia de planeación urbana y ampliación de la red vial de las ciudades. Desafortunadamente, dichas políticas se han limitado a desmotivar el uso de vehículo particular y a mejorar el transporte de buses, sin lograr resultados contundentes en movilidad”.
El análisis de Andemos indica que el índice de motorización del mundo se encuentra en 12,6 vehículos nuevos por cada mil habitantes y Colombia se halla por debajo de la media con 5,9.
Países de la región como Brasil, México y Chile cuentan con indicadores de 12,5, 11,2 y 16,5, respectivamente. Perú, que tiene 17 millones menos habitantes que Colombia, presenta un índice de motorización similar al del país.
“Japón, que cuenta con uno de los sistemas de transporte público más puntuales y robustos del mundo, tiene un registro de casi 40 vehículos por cada mil habitantes, igual ocurre en Europa y Estados Unidos, que registran índices superiores a Colombia. Esto confirma que en los países desarrollados, tener una sólida infraestructura de transporte público, no indica en absoluto que el índice de motorización sea bajo. Por el contrario, este se incrementa porque el vehículo es considerado como un elemento clave dentro del sistema de transporte, donde el ciudadano escoge cómo movilizarse según sus necesidades del momento”, concluye García Basurto.